“OceanOne”, el primer robot humanoide submarino

Era noviembre de 1664 y la “La Lune”, el buque insignia de la armada del rey francés Luis XIV, se hundía a 30 kilómetros de Toulon, en el sureste de Francia.Tres siglos después gracias a un robot humanoide, bautizado con el nombre de “OceanOne”, diseñado por la Universidad de Stanford, EU, será posible descender a las profundidades y descubrir los secretos y tesoros del navío.

El androide, pilotado desde un barco por Oussama Khatib, profesor de computación en Stanford, cogió un jarrón, sintió sus contornos, sopesó su tamaño e introdujo un dedo por su boca para agarrarlo mejor. Buceó hacia una cesta, lo depositó allí y cerró la tapa del contenedor antes de volver a la superficie, donde Khatib y una docena de arqueólogos e ingenieros esperaban ansiosos por su descubrimiento.

Esta expedición ha sido la primera misión del robot buceador, quien cuenta además con cámaras integradas y un cerebro electrónico, es decir, está equipado con lo último de la Inteligencia Artificial.

Entre sus cualidades, el humanoide posee sensores integrados en sus manos que le envían información a los joysticks con los que se maneja el robot, de forma que su piloto puede sentir lo mismo que la máquina; por ejemplo, es capaz de diferenciar entre pesado y sólido, o ligero y frágil. Sin embargo, de acuerdo con sus creadores, esto es solo el comienzo, puesto que se espera que en próximas misiones cuente con sensores en cada uno de sus dedos. Otro de sus equipamientos en este sentido está ubicado en sus muñecas, las cuales están completamente articuladas y equipadas con sensores de fuerza que transmiten información háptica a los controles del piloto.

Por otro lado, su cerebro robótico es capaz de procesar información proveniente de cámaras y sensores, que le permiten identificar de qué forma debe administrar su fuerza al tomar objetos, habilidad que convierte a OceanOne en un buen aliado para recuperar piezas de naufragios y al mismo tiempo convivir con seres vivos como el coral o depositar sensores en lugares difícilmente accesibles de los fondo marino.

Por otro lado, la navegación del OceanOne está en todo momento en manos del piloto, pues gracias a los sensores que posee distribuidos por todo su cuerpo, es posible captar las corrientes y turbulencias, y activar automáticamente los propulsores para que el robot permanezca donde debe

El principio de la navegación de este robot buceador, se basa en la percepción del entorno mediante sensores y cámaras, cuyos datos se procesan con algoritmos que evitan que el androide choque con algo.

La clave, está en que si detecta que sus propulsores no frenan lo suficiente, se protege del impacto inminente con los brazos.

NOTA

El OceanOne fue creado en la Universidad de Stanford con la ayuda de la empresa privada Meka Robotics y la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (Arabia Saudí), y fue diseñado para sustituir al ser humano en tareas submarinas peligrosas como las derivadas de la minería, el mantenimiento de oleoductos y los rescates en zonas de desastre extremo o que desafíen nuestra capacidad física.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *