Grandes Mentiras y La Esquizofrénica

  • Grandes Mentiras.
  • La Esquizofrénica.

Por Rafael Loret de Mola

La mentira es sinónimo de vileza y, en no pocas ocasiones, da lugar a intrigas e infamias que luego se vuelven estigmas para quienes van dirigidas bajo el fuego de la envidia, la ignorancia o, simplemente, los lugares comunes. Pero cuando parte de la cúpula gobernante, los efectos se extienden a toda la población y con ello es factible manipular a no pocas conciencias, debilitadas por la pobreza y el consiguiente desánimo, dispuestas a ser compradas con mendrugos, a los pies de los institutos políticos.

No tengo duda que el fraude comicial de 2018 ya inició; y no se observa una estrategia en quienes serán más afectados –digamos Andrés y muy a distancia el “niño maravilla”-, para repeler las acciones dirigidas a consumarlo. Por ejemplo, el burdo manejo de las encuestas que, por desgracia, buscan inhibir a los votantes presentando los escenarios a futuro como decididos de antemano, sin que se tenga capacidad de respuesta porque los dirigentes políticos serán bien remunerados y estratégicamente colocados en la maquinaria podrida del sistema.

Hasta el momento no existe un pronunciamiento severo sobre la usurpación del PRI en Coahuila, silenciado el panista ganador Guillermo Anaya Llamas para que Ricardo Anaya Cortés, su líder, pudiera acceder a la candidatura presidencial sin recovecos y pasando encima de dos partidos, el PRD, en fase de desaparición, y el MC, que quiere crecer llevado por las manos de sus antagonistas históricos. Le llaman Frente por México pero, si examinamos a fondo las cosas, tendremos a un prestigitador que consulta a un pequeño robot, “el BB”, su futuro y el de México, en plena cruzada por obtener relevancia a costa de los electores ingenuos. Anaya se precipitó porque pudo ser un excelente aspirante dentro de seis o doce años. Y en la impaciencia llevará la penitencia.

Los mexicanos, sin duda, han madurado, tanto, que el cuento de las encuestas parece cosa del pasado pero molesta, sin duda, al ser repetitivo e insolente. Pero hay contenedores: a las oficiales, que marcan casi un empate técnico entre tres fuerzas políticas contra evidencias de lo contrario-, los sondeos en las redes sociales contrarrestan el juego manipulador y exhiben la mentira de quienes se prestan al juego fraudulento. Recientemente realicé un ejercicio, en una página en donde se ha cuestionado severamente a López Obrador, y fue entonces cuando se evidenciaron las distancias: Andrés va muy arriba de sus adversarios; sólo en este sondeo alcanzó cuotas del noventa y dos por ciento de simpatías. Imparable.

Pero, ¿Qué hará con este capital político? ¿Detener una nueva usurpación, como la que toleró en el Estado de México, o negociar su retiro para evitar una seria confrontación con las fuerzas del sistema, las del mal? Es la duda que pervive mientras en el exterior apuestan a la continuidad como única manera de evitar el “estado fallido”. Las falacias están encendidas.

La Anécdota

La dama esquizofrénica –revisen la enfermedad los curiosos-, lanzó a los cuatro vientos y con dedicatoria a Anaya, por sobre quien no pudo pasar, Meade y Andrés, su enemigo mayor, una sentencia durísima: dijo que con lo que reciben sus partidos podrían construirse cincuenta y cinco universidades técnicas en beneficio de “ciento diez mil jóvenes”. Nunca la hipocresía había alcanzado tales alturas.

¿Tendremos que recordarle que acompañó a su consorte durante seis años en el cargo presidencial sin que siquiera se le ocurriera apadrinar una sola universidad de este tipo? ¿Y que cuando ocurrió la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo, el 5 de junio de 2009, concesionada a sus familiares más abyectos, ni siquiera fue solidaria ni mostró el menor rasgo de solidaridad con los deudos de los 49 niños quemados VIVOS, como heredera de la nauseabunda “Santa Inquisición”?

Los esquizofrénicos olvidan lo malo y sólo recuerdan lo bueno o lo utópico. Más que las urnas, Margarita, la del cielo y las estrellas, debiera buscar un psiquiátrico.

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