Rafael Loret de Mola – Catarata de Anuncios

RAFAEL LORET DE MOLA

  • Catarata de Anuncios
  • ¿Quiénes van a Ganar?
  • No… al “Menos Malo”

Por Rafael Loret de Mola

Rafael-Loret-de-Mola-Catarata-de-AnunciosYa estamos en plena catarata de eso que llaman “spots” de campaña; este columnista les llama simplemente anuncios. La realidad es que la partidocracia –continuación del presidencialismo autoritario, asfixiante-, está tan fuera de la realidad que no percibe, siquiera, los efectos de la saturación de la propaganda política: lejos de ser útil, en ausencia de proyectos serios salvo las descalificaciones entre unos y otros, resulta repelente para la mayor parte de los mexicanos al grado de producir risas irónicas mientras se musitan las más duras ofensas, hastiada la ciudadanía como está de los mismos y vacíos mensajes proselitistas. Son muy pocos los ingenuos que caen en las redes del discurso malhadado de los comerciales.

Por supuesto, lo anterior no es óbice para que las grandes cadenas de televisión, Televisa y TV Azteca, se lleven una buena tajada cada tres años con lo cual sus acciones financieras suben y sus ganancias también acaso bastante más que cuando comercializan los Mundiales y, ahora en menor escala, los Juegos Olímpicos. Les va tan estupendamente que los réditos son superiores a los de cualquier otro consorcio de cuantos presumen integrar la muy apretada lista de los multimillonarios del planeta.

(Por cierto, es interesante subrayar que Emilio Azcárraga Jean salió del “top-ten”, para situarse en el lugar número once de las grandes fortunas con un capital de tres mil cien millones de dólares; en tanto, su “competidor”,, Ricardo Salinas Pliego, ocupa muy orondo el cuarto sitio acreditando un patrimonio líquido de ocho mil millones de dólares, mucho más del doble. Y es que el último, como sabemos, cuenta con otros dos negocios a la sombra del poder: el cambio de remesas a través de su Banco Azteca y las tiendas de raya Elektra; y el resguardo de la plata para especular con ella cuando vuelva a ser este metal el apoyo fundamental de nuestra economía; por eso es tan rico e intocable uno de los más grandes mafiosos del país).

Desde luego, sendos personajes se llevan, nada menos, el noventa por ciento de los recursos que el Instituto Nacional Electoral entrega a los partidos políticos –cinco mil trescientos cincuenta y seis millones de pesos-, y lo que sobra vuela entre los diarios de circulación nacional; llega muy poco, claro, a los cotidianos del interior del país que deben limitarse a cuanto les proporcionan los aspirantes locales –hay renovación de gubernaturas en nueve entidades y suele derrocharse el dinero, de quién sabe quién, a manos llenas por parte de los abanderados de cada “instituto político”-, sin capacidad de ser auditados, a fondo, sino cuando los comicios están consumados y años después de haber asumido los supuestos “vencedores” sus supuestos cargos.

Así sucedió con el vergonzoso caso de los monederos de Money y las despensas de Soriana -¿no somos capaces, siquiera, de boicotear a estas empresas alejándonos de ellas hasta reventarlas por haber auxiliado al engaño?-, en las que se resolvió, dos años y meses después de la llega del señor peña nieto a la Presidencia, no alterar las cosas y dar por cerrado las incidencias a pesar de haber quedado demostrado el abuso y no así la procedencia de los fondos extraordinarios en la etapa final de la campaña presidencial de 2012. Una vergüenza que exhibe los vínculos soterrados entre el INE –antes IFE- y el gobierno federal, concretamente los operadores de Los Pinos-.

Casi lo mismo como en aquel dictamen final del TRIFE tras los comicios fraudulentos de 2006: se declaró que la intervención presidencial, de los fox se entiende, y las presiones empresariales, habían sido irrelevantes y no hubiesen alterado los resultados… cuando la ventaja del panista calderón fue de sólo medio punto porcentual. Una burla tan lamentable que´, por sí, hubiese merecido la desaparición de poderes con todo y de los nefastos Luis Carlos Ugalde, entonces presidente consejero del IFE, y Leonel Castillo González, quien encabezó al “tribunal”, cuyos nombres quedarán siempre en la memoria histórica en su condición de vasallos del sistema y corruptores de la democracia. La vergüenza salpicará sus memorias y las de sus descendientes.

Pero no se ha entendido el fondo de la cuestión: ¿es necesario gastar estas enormes cantidades de dinero en mensajes en los que no se cree y nadie escucha salvo para graduar los niveles del cinismo en cada uno de los partidos políticos, incapaces de responder las preguntas de fondo? Sólo se habla de generalizaciones sin el menor sentido de autocrítica. Por ejemplo, ¿el PAN podría explicar su doble moral al persignarse, por un lado, y acelerar el nepotismo, amén de las fiestas poco puritanas, po9r el otro?¿Y el PRI se atrevería a hurgar en el pasado de algunos de sus militantes postulados, desde las estrellitas de la farándula que se han vuelto más corcholatas ahora, e incluso en el del mandatario que los lidera?¿Y qué decir de la izquierda incapaz de razonar, con argumentos y no salidas falsas, como ha integrado a sus filas a sus antiguos represores a cambio de recibir información oficial “oportuna”? Estamos, sí, en un círculo vicioso en el que perdemos, por supuesto, los mexicanos.

Por debajo de la mesa, además, no sólo se nos acarician las rodillas como suele cantar Manzanero, sino se evidencian los contubernios que hacen posible alianzas absurdas de las cuales, óiganlo bien, NI UNA SOLA ha resultado exitosa sino, por el contrario, suelen dejar una estela de corrupciones de la peor calaña que discretamente tapan sus respectivos corifeos. ¿Nombres? Tenemos el del ex gobernador de Guerrero, una de las entidades de alto riesgo, Zeferino Torreblanca Galindo, ahora postulado por el PAN a la alcaldía de Acapulco luego de haber dejado a su entidad en situación lastimosa. ¿Y saben por qué? Decidió apostarle todo a la Fundación Vamos México, el invento de marta sahagún para rascarle el dinero a las instituciones públicas en beneficio propio y SIN rendir cuentas jamás, y permitió que mientras crecieran las “desapariciones” en su entidad como parte de un alud convertido en devastador al paso de los años.

Pero de esto se conforman los partidos en el México de hoy: con cínicos que están seguros de la amnesia colectiva para volver por fueros perdidos para refugiarse en ellos y no responder más a los cuestionamientos severos sobre los lastres del pasado o bien su notoria incapacidad para ejercer los cargos por los cuales son capaces de perder hasta la honra.

Imaginen a Cuauhtémoc Blanco metiendo un gol en la Cámara baja o a la chaparrita Salinas dándole una patada a templete para hacerse escuchar o hacerlo a través de un largo monólogo que contradiga cuanto decía en sus célebres morcillas de carpa. Aventureros de la política cooptados en épocas de desastre y con quienes se cree cooptar votos en junio próximo. ¿No han percibido los estrategas que la tendencia general, o casi, es en contra de los oportunistas y de las figuras creadas al vapor de las pantallas televisivas? Les sale el tiro por la culata y ni siquiera se inmutan.

Otra: bien harían los perredistas, quienes gobiernan el Distrito Federal desde 1997 cuando se dio la primera elección de jefe de gobierno a favor del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, cómo es que llegamos al atolladero de ser la segunda urbe con mayores embotellamientos viales en el mundo, sólo detrás de Estambul y seguida de Río de Janeiro, Salvador, Recife y Los Ángeles. Para colmo, se esmeran en cerrar avenidas troncales, reduciendo espacios vehiculares, en sentido contrario al criterio que privó en los años setenta cuando se construyeron los célebres ejes viales que dieron un respiro a transeúntes y automovilistas. Pero, eso sí, no será con mensajes chabacanos como podrán resistir el creciente malestar popular con todo y los mal hechos segundos pisos.

Sí, estamos bajo la catarata de mensajes propagandísticos. Pero nadie se moja en ellos; es un dinero dilapidado que captan, sobre todo, las televisoras. No llegará el respiro sino hasta el 4 de junio cuando cese la verborrea para que podamos “meditar”. ¿Y si no hay consenso y las casillas se quedan sin afluencias? Es entonces cuando deberíamos de insistir en la ilegitimidad de los ganadores y del proceso… porque, sencillamente, no existe una democracia que sólo esté basada en la minoría de los ciudadanos. Este es el punto.

Debate

Preocupa, y mucho, a los partidos políticos cuántas victorias tendrán dentro de dos meses. Se van como agua, cabe razonar, sin que se escuche la menor referencia a los verdaderos males del país: el narcotráfico aliado con las agencias de inteligencia estadounidense, la corrupción política en todos los sectores –como nunca antes-, la (i) legitimidad del mandato presidencial ayuno de respaldos y rebosante de rencores mutuos y la ausencia de lineamientos económicos que eviten, otra vez, la tremenda recaída. Llevamos así desde 1976, cuando menos, y ya llevamos casi cuatro décadas en las mismas sin contar los genocidios de 1968 y 1971. Un caos con muy altas resonancias mientras la mayor parte de los mexicanos permanece con los brazos cruzados.

Por desgracia, el cinismo no mengua. El propio gobierno de la República puso en manos del relator de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Juan Méndez, catorce expedientes de casos de tortura expresos para intentar frenar la tesis de que tal práctica era generalizada sino sólo excepcional. Pero resulta que Méndez documentó que sólo en los meses recientes se habían dado casos registrados de ciento siete personas agredidas por las fuentes del poder, sobre todo participantes en manifestaciones públicas maltratadas por los genízaros, y decretó que, en efecto, no podía negarse lo evidente: en México se aplican globalmente los métodos del terror.

En este sentido, debiera colocarse igualmente, en el mismo nivel, la tortura psicológica que estriba en el permanente tiroteo de spots publicitarios de partidos y candidatos que nos dejan no sólo sordos sino totalmente hastiados, muchas veces sin deseos de salir a laborar por las mañanas. Al contrario: nos ensimismamos tanto pensando que podría ser de otra manera: dos o tres debates y punto.

Pero no. La democracia en nuestro país es el acto de simulación mayor que existe. Y gran parte del conglomerado, sin remedio, cae en esas redes.

La Anécdota

No son pocos quienes creen que en 2006 el supuesto “triunfo” del usurpador felipe calderón ocurrió porque se votó a favor del “menos malo” descalificando con ello a los dos tabasqueños que le hicieron de escoltas de acuerdo a este criterio y sin medir los alcances de un fraude grotesco, a la par con el de 1988.

Sobre el particular me cuestionaron, hace años, en Mexicali y respondí:

–Muchos sufragaron por “el menos malo” sin prever que éste se convertiría en el peor de todos.
Y la asfixia aún nos queda. NO cometamos, de nuevo, el mismo error. En tal caso, es preferible dejar las urnas vacías como bofetada al establishment. Es apenas una idea. Ya la desarrollaremos.

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