Rafael Loret de Mola – ¿Cuál es la Claridad?

RAFAEL LORET DE MOLA

*¿Cuál es la Claridad?
*Guerra a lo Visceral
*Gobernador Mediático

Por Rafael Loret de Mola

El presidente enrique peña nieto, cuyo desplome en cuanto a la popularidad es el principal signo de su temprana decrepitud política, estimó que se mantendrá “la claridad” del rumbo en su administración durante un acto en Veracruz en donde estuvo escoltado por los secretarios de la Defensa Nacional, salvador cienfuegos zepeda, y de Marina, Vidal Soberón Sanz, dos de los personajes que han hecho de la opacidad su modus operandis bajo el argumento falsario de proteger con ello la seguridad del Estado; en todos los casos los pretendidos expedientes secretos al hacerse públicos han elevado notoriamente el nivel de la crispación general. Tiros por la culata para que nos entiendan los mandos castrenses y de alta mar.

Rafael Loret de Mola - ¿Cuál es la Claridad?

Bastaría insistir en el caso de Tlatlaya, en el Estado de México, donde fueron emboscados y pasados por las armas veintidós civiles a manos de un comando militar incontrolado, para observar la manera cómo se procede: durante tres meses la Defensa apenas envió un reporte aduciendo el desmantelamiento de una “banda de secuestradores”; pero al “filtrarse” la nota a la revista Esquire y a la agencia internacional AP sobre una masacre de civiles sin capacidad de respuesta –aunque hubiese sido herido un militar, no sabemos si por los disparos de los mismos uniformados-, la trama se revirtió y la secretaría mencionada procedió a detener a siete soldados y a un teniente para “arreglar” las cosas mientras éstos se quejaban de que habían cumplido órdenes del alto mando. Y fue tanta la decepción de los miembros del ejército que una parte de éste manifestó su contrariedad contra Cienfuegos, apagada momentáneamente previo acomodo de chantajes.

Ni qué decir de la Marina en donde el “almirante” en jefe, Soberón, se ha dado el lujo de descalificar las justas protestas de quienes, como este columnista, no admitimos más las versiones oficiales sobre la sangre derramada; ni tampoco, el ocultamiento de algo tan serio como la confirmada presencia de marines en la Armada de México, autorizada por calderón, frenada momentáneamente por peña y luego corregida y aumentada hasta niveles francamente vergonzosos, por decir lo menos. Desde luego, no hay confirmación oficial al respecto porque, ¿saben ustedes?, el presidente asegura que se mantendrá la “claridad”. A la vista del entorno y de quienes le acompañaron en el trance de uno más de sus discursos contradictorios -¿qué les pasa al mandatario y sus escribientes de planta?-, parece necesario aclarar cómo entiende la transparencia el mandante quien se dice falsamente mandatario en esta época de aguda repulsión de la mayor parte de la sociedad a su ejercicio gubernamental.

¡Y eso qué bajaron los precios de la luz y las gasolinas! Lo primero porque alegó el éxito de una reforma hacendaria que se ha estrellado ante la baja de una recaudación obstaculizada por los cárteles en veintidós entidades de la República –y de allí al terrorismo fiscal hay un pequeño peldaño-; y lo segundo bajo el ardid de que funciona la reforma energética sin relacionar el hecho con la tremenda caída de los precios de la mezcla de crudo mexicano cotizada apenas por arriba de los veinte dólares por barril… y la crisis sigue.

Durante muchos lustros se ha mantenido la falacia de cobrarnos caro por los productos del petróleo manteniendo precios accesibles para los compradores siguiendo las tarifas globales; cuando José Andrés de Oteyza, en su condición de secretario de Patrimonio y Fomento Industrial bajo la égida de josé lópez portillo, decidió subir los precios en un mercado a la baja nuestro país perdió a la mitad de sus clientes, supeditándose más al comercio con los Estados Unidos, mismos que ya no recuperó ni andado el tiempo. El punto final lo dio miguel de la madrid al ordenar el encarcelamiento del ingeniero Jorge Díaz Serrano, quien se opuso a semejante insensatez forzada acaso por las ambiciones de los malhadados vecinos del norte; y luego preguntan por qué se les aborrece.

Con estos antecedentes, ¿no merece la pena investigar cómo se dieron los hechos y las complicidades para llegar al absurdo de que México compre crudo a los Estados Unidos cuando solía ser al revés, protegiendo la gran potencia con ello sus propias reservas? No importa que De Oteyza tenga setenta y dos años y Díaz Serrano y lópez portillo ya no se encuentren en el mundo terrenal. Estamos hablando, sin duda, del mayor fracaso administrativo y político del gobierno de una nación productora de crudo y arrastrada a la miseria por cuenta y gracia de los traidores que votaron -¿ya se dieron cuenta?-, una reforma inútil, hueca y vulnerable en extremo. Por si hubiera una suspicacia asumo que NO soy partidario de Andrés Manuel López Obrador ni militante de MORENA, quienes han defendido esta postura, pero sí congruente con la historia nacional y sus enseñanzas irreductibles.

Fíjense en las oleadas de las mentiras. Durante el mismo periodo, el de lópez portillo, afanosamente se anunció la autosuficiencia en granos básicos, sobre todo el maíz y el frijol sustentos de la alimentación popular lo que reducía la inercia de las dependencias. Pese a ello, años después, el profesor Carlos Hank González, en calidad de Secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos en la oscura etapa de la barbarie salinista, debió aceptar que se importaran los granos básicos porque no se cubrían las necesidades generales. Y, al respecto, recuerdo la sentencia de miguel de la madrid, en campaña, cuando definió que no era tan importante “comprar granos baratos” si, a cambio, se sembraban productos de exportación a mejor precio. Una falacia para ocultar la realidad de los acuerdos soterrados en beneficio de los agricultores del sur de los Estados Unidos.

Nos han estado viendo la cara desde hace ya muchos años. Y no pocos han caído en las falacias intermitentes de una clase política cernida a la demagogia del paternalismo y al indecoro posterior de suprimir subsidios sin brindar verdaderas oportunidades para elevar la productividad de quienes se quedaron anclados. Por eso privan la desconfianza, el enfado y la rabia por ahora contenida… pero no sabemos por cuánto tiempo más.

La opacidad ha sido la regla de este régimen fatalmente recreador de todos los vicios del pasado. ¡Se equivocaron, de cabo a rabo, quienes creyeron en el imposible de asegurar una remodelación de la antigua hegemonía priísta! Al contrario: los males se acrecentaron notoriamente hasta consumarse en los falsos proyectos, las ofertas mentirosas y la incapacidad notoria de los gobernantes, sobre todo con referencia al perentorio huésped de Los Pinos quien debiera estar preparando su equipaje. Ligero, si se puede, para dejar algo colgando de las paredes a diferencia de los Zedillo que, como turistas rufianes, se llevaron hasta las sábanas y los colchones. Y esto lo señalaron los fox… sin proceder a la denuncia que tenían obligación de hacer. (La señora martita ya era vocera).

Claridad alega el presidente; opacidad observamos los periodistas que no estamos, ni estaremos jamás, implorando servicios a Los Pinos para vivir con comodidad a cambio de las miserias mercenarias. No es un sentimiento personal sino una doctrina que, estoy seguro, deberá exaltarse en el futuro cuando la sociedad recupere su soberanía y los presidentes desciendan a su verdadero estatus: el de mandatarios y no el de mandantes.

En fin que cómo entienden la claridad los entenados del gobierno es una deformidad de cuanto intentamos definir por fuera. No hay nubarrones, insisten, cuando el peso se arrastra; no existen motivos de angustia cuando ya suman diez mil los “desaparecidos” durante el rutilante vuelo de “la gaviota” por los jardines de Los Pinos, en silencio, claro, para no incomodar a su “dueño”. Una presidencia de telenovela con un único final: el desconsuelo en vez del tradicional “happy end”.

No existe lugar para decaimientos: ya falta bastante menos que en el arranque. Lo verán y sentirán más pronto de lo imaginado.

Mirador

Una muy querida amiga, con razón, me puso a reflexionar en serio. ¿Estoy reflejando, en esta hora terrible para tantos mexicanos –la mayoría me atrevo a decir-, mis propios sentimientos con la pérdida consecuente de la objetividad? Dios no lo quiera así aunque es posible por las inevitables debilidades humanas, sobre todo porque ya no me es posible callar nada de cuanto observo a mi paso por la República y a la vista de la clase política más repulsiva de cuantas me ha sido dable analizar. La peor, lo digo sin ambages.

Debo reconocer que me he tomado ciertas licencias particulares para reflejarlas en mi trabajo; pero ello es para sumar conciencias –una vieja obsesión de mi formación moral y política-, por la necesidad de modificar la estructura de un sistema insostenible por el quebranto de sus cimientos y de sus otrora pilares ahora repudiados y carcomidos por el paso de los años y la madurez que va alcanzando, contra la opinión de los “intelectuales” necios, la comunidad nacional. Porque, aunque resulte difícil de creer, todavía hay muchos que se niegan a reconocer la mayoría de edad de una sociedad tantas veces afrentada y reacia a volver a ser engañada con las minucias de reducciones tarifarias del dos por ciento. ¿Será que así sustituyen a los circos con animales cuya prohibición, hija de los verdes, es reflejo puritano de la demagogia, la antítesis de la democracia en donde no caben los criterios obtusos dispuestos a negar los derechos de los demás?

Aviso personal: el día que se me impida entrar a las corridas de toros me quedaré a las puertas de la plaza, no por capricho sino porque jamás admitiré que se encadene a mi espíritu. Espero que esa nube negra no caiga sobre nosotros ni arroje aguas negras para satisfacción de los ignorantes.

POR LAS ALCOBAS

Dicen que existe un triángulo que se inicia en el suroeste y pasa por Puebla. Es como indestructible por sus antecedentes y cercanías. El gobernador del sur, postulado apoyado por peña, no cesa de publicitarse, al estilo de su admirado ex mandatario mexiquense; y el del centro, Rafael Moreno Valle, quien se dispone a lanzarse como aspirante presidencial, ni siquiera se inmuta con los relatos de la constante represión que ejerce contra los periodistas y también cuantos se oponen a sus decisiones discrecionales, por ejemplo aquella “ley bala” que culminó con el asesinato de un menor, José Luis Tehuatlie, en San Bernardino Chalchihuapan. En cualquier nación civilizada, Moreno estaría detrás de los más altos barrotes.

Y en el resto del país suceden actos de rapiña sin medida y bajo la total impunidad. No se persigue a los Medina en Nuevo León ni se abre causa judicial contra el sonorense Guillermo Padrés o el campechano Fernando Ortega Barnés. Todos están confabulados para cubrirse las espaldas unos a otros con la bendición de la suprema voluntad política. Y ángel aguirre rivero ni siquiera ha sido motivo de querella alguna a pesar de las evidencias en su contra, por negligencia y represión, que no admiten dudas. Para ser invencibles les basta estar bien con los residentes perentorios de Los Pinos.

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