Rafael Loret de Mola: Haciendo Líderes

RAFAEL LORET DE MOLA

*Haciendo Líderes
*Confusión Costosa
*Lecciones Toreras
Por Rafael Loret de Mola

Desde hace varias décadas, por la descomposición política prohijada por el priísmo hegemónico, los líderes naturales, al igual que los dinosaurios, se extinguieron a causa de los meteoritos de la demagogia. Ni siquiera en el puerto de Chicxulub, dónde cayó el célebre aerolito devastador según algunos científicos, pueden hallarse vestigios de quienes pudieran convertirse en un verdadero timonel; más bien se conoce a los caciques porque entre la clase política vernácula lo que suele darse es la antropofagia como bien definió, hace muchos años, el ex gobernador yucateco Víctor Manzanilla Schaffer quien presumía de ser “el último” Tiranosaurio del Jurásico mexicano. También se equivocó si observamos las edades de algunos de los dirigentes de la actualidad con gran propensión a jugar a las veletas.

Con el presidencialismo, desde los inicios de la posrevolución cuando los crímenes tenían la intención de limpiar la ruta hacia la llamada silla del águila –no es anuncio promocional, qué conste-, se optó por aniquilar, desde muy temprano, a cuantos tuvieran “patas para jinetes” y pusieran en un dilema al supremo elector que, de acuerdo a las tradiciones más acendradas, seguía las líneas dinásticas acostumbradas por la aristocracia europea con una salvedad: no había lugar al nepotismo inmenso que provee de heredades a los pocos reinos que subsisten en Europa en donde ya hasta se dan el lujo, como en España, de tener dos parejas coronadas viviendo bajo el mismo espacio aunque separados por los jardines de La Zarzuela. Un absurdo como consecuencia de las longevas existencias de los zánganos. Y no lo digo por el insólito hecho de contar con dos Pontífices de Roma –iba a llamarles Papas pero me pareció irreverente-, en plenitud.

El hecho real es que, por fuera de los órganos del poder, han sido las comunidades y los individuos afrentados quienes han creado, a través de la primera década y media del tercer milenio, a sus propios líderes. Primero, aparecieron en escena mujeres y hombres cuyos hijos, secuestrados y muertos, les impulsaron a realizar búsquedas por su cuenta, denunciando los hechos en carteleras monumentales, a falta de credibilidad en las oficiosas policías de cada región. Así surgieron las señoras Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí, el segundo empresario prominente, como las voces más respetadas por la opinión pública con relación al flagelo por ellos sufrido. Por desgracia, la primera se elevó tanto que acabó como candidata panista perdedora y el segundo mantiene su altruismo gracias a las jugosas utilidades de sus almacenes; pese a ello, están en la palestra y hablan cada que se les requiere.

Luego han seguido otros una senda distinta: por ejemplo, el poeta Javier Sicilia, con el dolor por la pérdida de su primogénito, encabeza un movimiento que ha puesto en jaque, en más de una ocasión, al titular del Ejecutivo federal. A calderón lo ruborizó dos veces a exhibir que sus reuniones eran más que un cuento chino para hacerse propaganda con el sacrificio y el dolor de las víctimas, los que no han fallecido pero sufren como propia la muerte de los suyos, y a peña nieto le ha sentado en el mismo banquillo sin que, por cierto, se haga demasiado ruido al respecto. De acuerdo a algunos criterios editoriales, el tema ya fue suficientemente tratado aunque nunca se haya ejecutado la justicia.

Por eso la opinión pública desconfía, como en el reciente caso de Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, Mamá Rosa, en cuyo albergue decenas de niños vivían hacinados y de la caridad pública. Además, había donaciones extraoficiales jamás auditadas. El hecho es que la aprehensión de la señora dio cauce a la reacción virulenta de los fox, la pareja ex presidencial, confirmándose con ello que detrás de las casas cuna, guarderías –no olvidemos la ABC de Hermosillo en donde, el 5 de junio de 2009, cuarenta y nueve bebés murieron asfixiados y quemados-, residencias infantiles o juveniles, existe una red mercenaria de beneficiarios, muchos de ellos con contactos directos con las respectivas “primeras familias”, sobre todo, las de extracción panista que cuando no bailan se animan a invertir en sus propios y redituables “teletones”.

¿O ya olvidamos los nombres de los concesionarios de la guardería ABC? Una de las principales “accionistas” es Altagracia Gómez del Campo, prima hermana de Margarita, la mujer de calderón con intenciones de armar su candidatura para un sitio en el Legislativo en 2015. Casi de inmediato, se le liberó de toda culpa sin el menor agobio, como si la justicia estuviera cortada al nivel de la perversidad de quienes ejercen la política. ¿Y cómo no creerlo cuando la Suprema Corte avala “fast track” la decisión del Ejecutivo de aumentar a 16 por ciento el IVA en la frontera norte, obligando con ello a los consumidores nacionales a volver a los grandes “malls” al otro lado del Bravo y las mojoneras siguiendo intereses nauseabundos? La autonomía entre los poderes de la Unión es también letra muerta para agravio de la comunidad nacional.

Por ello, ahora mismo, la exigencia de liberación de Néstora Salgado, luego de un año encarcelada y aislada –sin que nadie le hable siquiera pese a lo cual la Comisión Nacional de Derechos Humanos no interviene como debiera hacerlo-, con doble nacionalidad, la mexicana y la estadounidense, y conocida por su lucha por la liberación de los presos políticos, la ha convertido en un nuevo icono social para un pueblo harto de mentiras y avasallamientos. La señora en cuestión fue ingresada en un penal de Nayarit si bien se considera que fue víctima de la represión de un neo-aliancista, con tendencia al perredismo, Ángel Aguirre Rivero, el actual gobernador de Guerrero. Y de allí las ramificaciones de la historia que insiste en la manera como le fueron “sembrados” diversos delitos para deshacerse de ella, entre éstos hasta los de homicidio, motín y sabotaje.

Por supuesto, las manifestaciones, en México y los Estados Unidos, han convertido a Néstora en figura pública aun cuando ella dudamos mucho que esté enterada de tales reacciones doce meses después del inicio de su cautiverio. Nadie explica, además, por qué se le llevó a Tepic… salvo las versiones acerca de que así “la salvaron” de una muerte seguro en algún penal guerrerense en donde pueden armar una revuelta artificial los sicarios del gobernador Aguirre, todo un ejemplo de lealtad política –era el candidato peñista a la gubernatura y cómo el PRI no lo designó por la intervención del poderoso Manlio Fabio Beltrones, por esos días contrapeso del mexiquense, enseguida encontró a todos sus aliados-, y de apego a la tradición violenta que priva en su entidad a lo largo de una intensa lucha emancipadora que acaso arrancó desde la década de los sesenta, se acrecentó en la de los setenta –con las guerrillas de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos, así como el inolvidable secuestro de Rubén Figueroa Figueroa a quien se humilló hasta la esencia misma de su soberbia obligándolo a lavar retretes y otras promiscuas tareas-, y nunca ha cesado. De hecho, Guerrero siempre ha sido y es un polvorín, aunque la atención, por el momento, la capten Michoacán y Tamaulipas.

¿Es inocente o no Néstora? Desde luego si comparamos su historia con la de la francesita, Florence Cassez, heroína de Francia ligada a uno de los grupos criminales más activos, “Zodiacos”, como novia del líder de la banda, Israel Vallarta, y después de un joven abogado Jorge Alberto Ferreira, es indiscutible que la señora Salgado sale mejor librada y con interrogantes bastante duros sobre las verdaderas razones de su confinamiento, entre los que destaca la venganza del citado gobernador. No podemos meter las manos por ella, pero conociendo las debilidades del sistema de justicia, estamos convencidos de que, en su caso, se ha actuado con un rigor que no parece ir de acuerdo con cuanto se sabe de ella. Por eso, en Guerrero han comenzado a recordar que allí nacen los guerrilleros como en Sinaloa aparecen los narcotraficantes. No es cualquier cosa.

En ausencia de gobierno, mientras el presidente peña es felicitado por ser un “reformista radical” de acuerdo al Financial Times que igualmente señala su impopularidad ¿estamos o no dentro de una democracia?-, la sociedad está encontrando a sus líderes detrás de las rejas o entre los rescoldos heridos de una sociedad profundamente afrentada en donde la justicia sólo sigue líneas superiores. Y, por desgracia, el esquema no es mejor en otras latitudes.

Debate

Cuando las confusiones políticas se extreman no hay resquicio alguno para la autoridad moral y sin ésta es imposible alcanzar la representatividad popular. El cuestionamiento es para las tres capillitas de nuestro análisis y para cualquiera otra. Los llamados “intelectuales”, siempre soberbios, también conforman un grupo en donde cada quien cree contar con la exclusiva del ejercicio mental negando relevancia a cuanto no se acomode a la sesgada y particular visión de las cosas.

La obcecación jamás será buena compañera de la política, ni siquiera de la sectaria que niega el sustento democrático de la pluralidad. Y es una obsesión, sin duda, pretender el absurdo de integrar comisiones conjuntas con un gobierno al que se desconoce de palabra para no enfrentar el reclamo popular por las inercias sublimadas. Tal es lo que hizo el señor Marcelo Ebrard en la construcción de un fallido liderazgo poco posible en estos términos.

¿Y la singular contradicción sobre el imperativo de combatir la emigración, arraigando a los mexicanos a la tierra mediando fuentes de empleo específicas, y la ponderación de la misma como un derecho humano trascendental, implicando con ello la incapacidad de generar oportunidades laborales? Tal es una evidencia para exhibir las fuentes de la honda demagogia panista, la de siempre, con los artilugios de la verborrea fácil.

¿Habrá olvidado calderón, el de las memorias incompletas, uno de sus más sentidos reclamos? Le escuché, en San Miguel de Allende y en abril de 2006, solicitar a miles de familias campesinas –sólo mujeres, niños y ancianos, porque los varones en edad reproducir andaban en lapiza de verdes divisas-, que alzaran manos y brazos para expresar su dolor por las ausencias. Ante ellos, la promesa formal de ampliar coberturas y fuentes de empleo para arraigar a los emigrantes a sus tierras; y, claro, sobrevino la respuesta emocionada en donde hablar del pasado ya no es referirse a la hegemonía priísta sino al panismo negligente que gobierna, en Guanajuato, desde 1991. Veintitrés años ya.

Pero, acaso, el mayor de los cinismos corresponde a los priístas reacomodados al calor de sus propias mafias, las de los ex presidentes vengativos y maniobreros, dispuestas a volver por sus fueros aprovechando los devaneos de los funcionarios públicos ayunos de perspectivas y asfixiados por una realidad a la que no saben enfrentarse.

¿Cómo pueden rechazar los proyectos contra la violencia quienes generaron los desfases y la barbarie que modificaron el perfil histórico de la nación? Cada uno de los defensores de una paz utópica, desde el perfil del otrora priísmo invencible, tienen larga cola que ellos mismos se pisan al andar falseando los hechos y apostando a la amnesia colectiva, su gran y resistente guarida.

La revisión de los acontecimientos cercanos exhibe las tremendas deformaciones, morales e intelectuales, de las dirigencias partidistas con tintes facciosos. ¿Alguna de estas, acaso, ejerce la autocrítica así sea de vez en cuando?

La Anécdota

Cambiemos de tercio. Vayamos al escenario taurino –mi retroalimentación, no lo niego-, para encontrar las ansiadas respuestas existenciales. En el aniversario de la muerte de “Manolete”, el primero de los grandes “monstruos” del toreo. Y eso porque hace algunos años dialogué, largamente, con el mayor de los toreros actuales, quien sólo compite con los diestros de época y su propia historia, José Tomás, convertido en una especie de leyenda viviente.

Me dijo:

–Manolo Martínez ha sido uno de los toreros que más me inspiraron. Recuerdo su faena a “Amoroso” –de Mimiahuapan- como una de las más grandes que he visto.

Y ante mí, el gran esteta de Galapagar, trazó, de nueva cuenta, el pase del desdén y la trincherilla martinista, explicando que de esas fuentes, tan mexicanas y nuestras, había abrevado.

¿Quién pretende renunciar a estas raíces para seguir la “moda” de las mascotas “humanizadas” al tiempo de que sus dueños escogen la vida irracional para ser iguales?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *