Rafael Loret de Mola – Loco: quien se Atreve

RAFAEL LORET DE MOLA

  • Loco: quien se Atreve
  • Del Fondo a las Vacas
  • Cadenas de Televisión

Por Rafael Loret de Mola

“Ocultar o negar el mal es permitir que una herida siga sangrando”. Una sentencia que me llegó tres décadas tarde y quizá varias más para no pocos mexicanos afrentados por la amnesia colectiva. El Papa Francisco, valeroso, obligó a recordar el genocidio contra los armenios por parte de los ejércitos bárbaros de Turquía en una terrible acción bélica que los herederos de la vergüenza insisten en evadir como si así pudiera perdonarse a sus antepasados o se fuera con ello la dignidad nacional. Nada más absurdo. Sería como si, por decreto presidencial, se retirara de los libros de historia de México todo referente a Tlatelolco, el Jueves de Corpus, Tlatlaya o Iguala.

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¿Cuándo me recriminaron no pocos cercanos el que, tras el asesinato de mi padre, cesara en las indagatorias bajo el falaz argumento de que éste no volvería? Era mejor sepultarlo no sólo a él sino también su memoria aunque quedara la estúpida versión sobre una muerte por accidente bajo el supuesto de manejar tomado cuando no sólo no era quien conducía sino tampoco fue afecto a las bebidas salvo, de vez en vez, una copa de ginebra en reuniones sociales muy discretas. La falacia fue tenaz y sostenida hasta que ya no pudo sostenerla ni el mal nacido manuel bartlett –hijo de un ex gobernador de Tabasco, Manuel Bartlett Bautista, quien salió huyendo de Villahermosa con ropa femenina; acaso de allí vienen las deformaciones de su personalidad ultrajante-, a quien señalo, de manera directa, como uno de los tres posibles autores intelectuales del salvaje crimen. Y no han logrado callarme con las ligerezas propias de quienes no han sufrido la represión en carne propia.

En la misma línea, pero a través de toda la gran crónica universal, quienes se han atrevido a romper las líneas prestablecidas, las reglas de cada época que tienden proteger a los poderosos y a los malos gobiernos que imponen feudos y arbitrariedades a una comunidad silente, convencida de que la paz es la del Señor aunque éste también sacara a bofetadas y latigazos a los fariseos del Templo, manipulada con vileza y bajo el trastorno de las interpretaciones cargadas de mentiras o vanas desacreditaciones prohijadas en antiguos rencores jamás apagados. Yo los tengo, como cualquier otro ser humano; pero NO los callo.

Una de tantas afrentas que no es posible reservar para los historiadores de la próxima centuria, es cuanto toca a los derroches en la fase final de la campaña por la Presidencia en 2012, concretamente los del aspirante priísta quien llegó al poder con un escaso margen de sufragios y una diferencia de cuatro puntos porcentuales respecto a su inmediato seguidor, el entonces perredista Andrés Manuel López Obrador quien, hace apenas tres años, no hubiese gritado, a los cuatro vientos, que ser candidato de este partido es serlo de un organismo “corrupto” cuando sostenía la opción como la única válida para sacudirse de los espectros de la derecha. Ahora lo sostiene y lo suelta a la cara de Miguen Ángel Mancera Espinosa, jefe del gobierno del Distrito Federal, tan incierto como los toros “resabiados” que sólo embisten cuando están seguros de alcanzar a su presa a mansalva, advirtiéndole sobre la inmoralidad perredista.

Más allá de que, en este mismo 2015, dentro de poco más de mes y medio -¡bendito sea Dios!-, la MORENA de Andrés Manuel arrebate posiciones al PRD causando una profunda herida a la izquierda mexicana por las divergencias entre grupos y la ausencia de una ideología clara, definida, para conformar a partir de entonces la línea política a seguir sin traicionar su esencia, también creo que si ponemos el telescopio para avizorar el 2018 –para el caso de que las cosas no se transmuten por la imposibilidad de sostener al gobierno federal en curso-, la unidad de estos mismos grupos se integrará alrededor de MORENA porque no son pocos los militantes incondicionales del icono López Obrador ni éste parece dispuesto a compartirlos con nadie.

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Con memoria podríamos entender que la dirigencia perredista, considerada corrupta por Andrés Manuel, es la que partió de la clandestinidad del socialismo hasta integrarse al neocardenismo en 1988. Muchos de los convocantes a favor del entonces Frente Democrático Nacional, eran estudiosos y fervorosos simpatizantes de la izquierda revolucionaria, bajo el manto de Mao, El Ché, Fidel e incluso del Sóviet Supremo: pero hoy, desintegrada la URSS y con notorio desprestigio internacional por los asaltaos contra las soberanías ajenas de Vladimir Putin, acaso se han creído que éste igualmente debe ser su ruta en una equivocación sin marcha atrás posible.

Por otra parte, López Obrador, como el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas –por ahora libre de partido-, y no pocos de quienes le aconsejan muy de cerca –incluyendo algunos de los peores delamadridistas y salinistas condenados por la propia historia ya-, parece preocuparse poco por las cuestiones ideológicas si bien rechaza –con razón- alianzas turbias y claudicaciones absurdas ante la derecha. Es un buen punto a su favor aunque signifique, por el momento, cierto aislamiento. Es preferible, en todo caso, a partir con la alforja llena de pecados institucionales aunque él tiene los suyos propios, no suficientemente aclarados: la cooptación de salinistas, por ejemplo, y su escaso afán de abanderar las causas sociales surgidas a partir de los yerros terribles de la izquierda, como el malsano gobierno de Guerrero bajo la férula de ángel aguirre rivero –debiera estar en la cárcel si no hubiera acuerdos soterrados con la casona presidencial- quien condujo a la crucifixión de los abarca, muy conocidos por Andrés aunque lo niegue públicamente, y cuanto sobrevino del nauseabundo olor a traición.

Los pecados pueden o no compartirse porque, de hecho, cada quien carga con su propio costal. La sospecha comienza, precisamente, cuando se intenta “tapar el sol con un dedo” negando los hechos irrefutables, como asume el Papa, extendiendo con ello las crueles heridas. No se puede respirar s se carece de justicia así pase un siglo, o dos, desde las infamias. No descansa en paz gustavo díaz ordaz, ni lo hace miguel de la madrid ni lo hará luis echeverría álvarez, en tanto no se sitúe en su exacta dimensión sus tremendas culpas en los genocidios y magnicidios que se dieron durante sus gestiones presidenciales. En el caso del señor de la madrid, no se olvide, la represión contra periodistas –misma que alcanzó a mi padre y a 83 colegas más, entre ellos Manuel Buendía y Héctor “El Gato” Félix en Tijuana-, y líderes sociales, incluyendo a los operadores del neocardenismo en las vísperas de los comicios fraudulentos de 1988 –acaso más descarados e infames que los de 2006 guiados hacia la usurpación de felipe calderón-, Francisco Xavier Ovando Hernández y Román Gil Heraldez, sentenciaron por siempre a quien siguió la secuencia de los saca-dólares depositando su fortuna en Suiza gracias a los buenos oficios de Gastón Alegre, el gran financiero de los salinas y los de la madrid, quien fue cooptado por López Obrador para ser candidato al gobierno de Quintana Roo. ¿Quién los entiende?

Y, claro, en México no hay una ley de “memoria histórica”, como la instaurada por los socialistas en España y ahora pisoteada por el franquista Mariano Rajoy Grey, gallego como el mal llamado “caudillo”, esto es el sátrapa quien se dijo dispuesto a “matar a la mitad de los españoles” con tal de alcanzar “la paz” –la de los sepulcros, habría rematado nuestro dictador, Porfirio Díaz, cuyo nombre no escribo con minúsculas en recuerdo de sus hazañas militares a favor de la República-.

La ley hispana pretendía limpiar las fosas clandestinas –miren de dónde lo aprendieron los mafiosos mexicanos-, situadas en las cercanías y accesos de miles de poblaciones, para cerrar las heridas precisamente y acabar con los rencores que mantienen al electorado ibérico partido por mitad. Y, por eso, fue excluido y sancionado el conocido juez Baltasar Garzón Real, expulsado de la Audiencia Nacional de su país por rebasar sus funciones en la búsqueda de la verdad histórica. Curioso: nada le hicieron cuando se entrometió en otras naciones, Chile digamos con el caso del execrable pinochet, y sí fue repudiado por sus pares cuando procuró terminar con el dolor perenne de quienes sufren todavía los rescoldos de la guerra civil porque no tienen unos restos a los cuales llorarles.

En México y en el mundo, la amnesia, insisto, es la mejor arma de los sátrapas contra las sociedades silentes y cobardes.

Debate

El Fondo Monetario Internacional (FMI) se parece al nefasto partidito “verde”, el de la prohibición a los circos con animales que terminaron siendo exterminados con la mayor crueldad imaginable mientras sus abyectos dirigentes, como en que fue llamado “niño verde” y ahora debiera ser simplemente el “gañán inmaduro”, jorge gonzález martínez, siguen gozando de la impunidad grosera tras haber perpetrado escándalos criminales como el de la joven búlgara, Galina Chankova Chaneva, quien fue llevada del aeropuerto de Cancún, feudo verde, al departamento del político heredero de un partido para ser tratada como una prostituta más hasta que cayó por el balcón. ¿Ya nos olvidamos del suceso? Aligeren la mente y no olviden…

Pues bien, el FMI nos ha dictado normas financieras que han impuesto, a rajatabla, a cada mandatario mexicano sobre todo desde la gestión infeliz del señor de la madrid –reo seguro del inframundo-. Y, ante nuestro asombro, pese a la extendida pobreza como cauda del antisocial “neoliberalismo”, invento de los economistas rastreros al servicio de los intereses del norte, ahora el mismo organismo decreta que se “han terminado los tiempos de las vacas gordas” para Latinoamérica.

¡Caramba! Este columnista debe ser un pobre iluso porque JAMÁS vio pasar a los tales bovinos gordos ni por el ruedo de la Plaza México. Sencillamente, la utopía sólo fue buena para la muy intocable clase empresarial en donde se reúnen los millones de la llamada macroeconomía que, bastarda al fin, nunca ha tenido progenitora.
Así que el FMI, rector de nuestra economía, ahora nos condena sin remedio. Y para colmo, ¡ya se murió “El Chapulín Colorado” tan recordado por el venezolano Nicolás Maduro Moro.

La Anécdota

Sucedió en Aguascalientes durante la lectura del Primer Pregón Taurino en la larga vida de la Feria Nacional de San Marcos. Me permití dirigirme al gobernador Carlos Lozano de la Torre –quien lucía unos anteojos de un negro profundo y aromas bucales para detener cualquier síntoma de mal aliento-, para abogar por quienes fueron y son víctimas de la inmisericorde reventa de boletos para la reaparición del inmenso José Tomás. Exigí que se abriera una investigación para que la Feria no quedara manchada.

Y como respuesta, el mandatario leyó los nombres de todo el elenco y dijo que el pueblo ya había recuperado su feria. Pero nada dijo cuando le interrumpí y volví a la carga: “pero todos quieren ver torear a Tomás”. Los boletos van de mano en mano y nadie sabe, hasta hoy, quien organizó la desvergüenza.

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