Rafael Loret de Mola – Los Narcos de USA

RAFAEL LORET DE MOLA

  • Los Narcos de USA
  • Tuxtla y el Fraude
  • Las Cañas de Pesca

Por Rafael Loret de Mola

Rafael-Loret-de-Mola-Los-Narcos-de-USAEstán allá. Como los “padrinos” de Mario Puzo, quien fue llamado el “literato de la mafia” por la inolvidable zaga que llevó al cine Francis Ford Copola. Sólo que ahora no se trata de alcohol sino de drogas y, desde luego, las coberturas son mucho mayores gracias a los aliados de la CIA, la DEA, la NSA y el FBI. Para todos hay, también para la Border Patrol y los aduaneros de rostro severísimo e impronta de carceleros que suelen acosar a los viajeros mexicanos cuando horas antes permitieron transitar enormes tráileres hacia el territorio de la Unión Americana y su policía del mundo por visión unilateral.

No es un secreto que las rutas y las aduanas por donde deben pasar las drogas, así como los horarios, son organizados por los agentes de las agencias de inteligencia norteamericana quienes tienen como misión mantener los equilibrios entre oferta y demanda para asegurarse que en su mercado no bajen ni suban los precios. Cuando sobra, vienen los decomisos que se anuncian pomposamente para exaltar el éxito de la “guerra contra las drogas”, una falacia compartida, mitad y mitad, por los gobiernos de México y los Estados Unidos.

Sólo que en el norte de nuestras fronteras jamás se da alguna batalla entre las mafias. Como la refinación de la cocaína, en territorio norteamericano priva el refinado placer de la tranquilidad, sin mafias disputando los territorios como durante la Ley Seca hace casi un siglo, y con la distribución asegurada salvo la “hormiga” que suele darse en los barrios bajos muy contaminada y, por ende, bastante más peligrosa. De esta manera, los estupefacientes asaltan desde abajo y también desde arriba hasta aplastar a la sociedad toda.

Ya es costumbre observar incluso a los miembros del Capitolio consumir cocaína entre los corrillos parlamentarios antes de subir a tribuna a tratar de asfixiar a los narcos mexicanos para presionar con ello a un gobierno dúctil, pastueño y profundamente coludido con los capos y sus cárteles.

¿Creen ustedes, considerando que el ejército también está infiltrado, que de no darse esta relación enferma podrían estar vivos los ex mandatarios que supieron negociar bajo la mesa? Desde luego, no se pasearían con tanta celeridad por las entidades del país ni se atreverían a posibilitar, como en el caso de calderón, la precandidatura presidencial de su esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo, dentro de un PAN que parece tener muy mala memoria y considera que basta comparar al personaje con peña nieto para salir ganando. ¿Y los niños quemados de la guardería ABC de Hermosillo, gestionada por Margarita en beneficio de su parentela? ¿Y acaso alguien recuerda alguna intervención de la señora cuando fungió como diputada? Más bien el cargo salió a colación cuando lo dejó para “apoyar” las aspiraciones presidenciales de su marido.

En la misma línea, el señor peña nieto pintó, ante una desairada asamblea de la ONU, un panorama azul para México, como si de verdad su gobierno hubiese avanzado algo en el combate entre mafias, culpando de todo y para todo al “populismo”, el mismo que surgió en México como el mejor aliado del “paternalismo” y nos condujo en las décadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado casi a la ruina nacional con el disparo brutal del dólar y la depauperación trágica de millones de mexicanos. Hipócrita.

El “populismo”, desde luego, fue bandera igualmente de una derecha ensoberbecida, la de los fox y la de calderón –quienes ahora ni se saludan cuando se encuentran en la clase Premier de Aeroméxico-, que prometió un cambio para optar por el continuismo y librarse así del acoso tenaz del Fondo Monetario Internacional que fijó las reglas para “reordenar” cuentas, empréstitos y reservas, de acuerdo a los intereses de las potencias integrantes del malhadado Tratado de Libre Comercio de América del Norte. ¡Ay, si hubiéramos visto hacia el sur!

Al suprimirse cualquier interrelación entre los pueblos latinoamericanos renunciamos a parte de la historia común, a nuestra hermandad de raza y sufrimiento, a nuestra idiosincrasia natural, para dar cauce a las inconcebibles asimetrías con Estados Unidos y Canadá, piezas angulares de nuestro sometimiento bajo el peso de los intereses mercantiles que, desde luego, beneficiaron a los fuertes y nos colocaron ante la perspectiva de un estado fallido, acrecentada por la violencia inducida por las mil batallas entre cárteles y bandas sobre nuestro suelo, jamás en el estadounidense.

Pero nuestro gobierno se ha convertido en un muñeco debilucho, enclenque, en manos de las potencias. Por ello la presencia de peña en Nueva York será recordada más por los duros señalamientos de la colonia mexicana que por la dócil disertación sobre el populismo cuando nadie ignora que éste ya es el mal menor de su gobierno ante la oleada de genocidios, el desastre financiero, el fracaso de sus reformas nunca consensuadas, la caída en los precios del crudo mexicano y la latente amenaza del retorno hacia un gobierno militar con una soldadesca engreída e incontrolable como nunca antes –digamos 1913 como precedente-.

La asistencia fue mínima y la delegación mexicana debió asegurar algunos sitios –que no le correspondían- para evitar los vacíos enormes que dejaron las delegaciones de la mayor parte de las naciones acaso como una repulsa poco comentada en los medios abiertamente cargados al lado oficialista; es decir, la mayoría. Fue bastante más que un simple desaire: la confirmación de la ausencia de liderazgo siquiera en la región latinoamericana ante la marea despectiva de la diplomacia mexicana hacia el sur y la ominosa complacencia hacia un norte que nos desdeña por igual.

Mientras hablaba peña en la Asamblea General, el presidente Barack Obama cruzaba frías miradas con su colega ruso, Vladimir Putin, en una reanudada guerra fría con Siria como epicentro y los siempre instintos bélicos estadounidenses, acaso necesarios para apoyar a la extensa industria armamentista, que se imponen a la cordura y a cualquier otra salida menos asida a la fuerza bruta y a la sangre incluso de sus jóvenes. Ya éstos saben que para ganarse un lugar en la selva de “las oportunidades” es necesario pasar por el trauma del odio y la xenofobia que se estrellan, años más tarde, en las cortesanías de sus mandatarios para aliarse con los derrotados y con quienes les encararon.

Todavía nos queda el orgullo villista que se extendió hasta Columbus en busca de un ladrón quien luego llegaría a Veracruz tras negarse a entregar armas ya pagadas a los Dorados. Es una historia vindicatoria entre el mar proceloso del entreguismo y la venta descarada de cuanto hemos tenido incluyendo ahora el subsuelo abaratado precisamente cuando el gobierno mexicano dispuso venderlo mediando una inoportuna reforma energética que, en la perspectiva, está cortada de acuerdo a los intereses del ominoso vecindario. Porque, aunque tiene petróleo de sobra, Estados Unidos prefiere agotar el nuestro parea luego dominar la escena y colocarnos en bancarrota para expandirse sobre nosotros. No es una nueva estrategia: extraña, sí, que peña le haga el juego salvo cuando se piensa en las facturas políticas por pagar tras su asunción presidencial tormentosa aunque disimuladamente menos cuestionada que la de calderón.

En cuestión de unos días más, nadie recordará que peña estuvo ante la ONU ni su gangosa oferta en contra de un populismo que él es quien está interesado en promover para gobernar mediando limosnas y sin ninguna visión de Estado. ¿O acaso ya no tiene ni para los óbolos a los más pobres? Quizá por ello se animaron a colocar el salario mínimo único en setenta pesos con diez centavos diarios, un poco más de tres dólares al día –menor al salario por hora en los Estados Unidos-. Con ello algunos creen abatir la miseria extrema sin percatarse que generan todavía mayor rencor si comparan sus ingresos miserables con los sueldos de los consejeros del INE, mayores a dos millones y medio de pesos al año.

Por todo esto y más, seguimos convocando: PARO NACIONAL. 14 DE OCTUBRE.

Debate

Una de las elecciones con mayores turbiedades de la era peñista –incluyendo la del propio mandatario federal-, se dio en Chiapas, en julio, con remate en la propia capital de la entidad, Tuxtla Gutiérrez. Movido por el empeño priísta que resulta un insulto para la inteligencia, el gobernadorcito, Manuel Velasco Coello, se empeñó en ganar todos los municipios e imponer el “carro completo” a favor del Verde Ecologista, el más repulsivo de los partidos por su ilegalidad flagrante y sus hipocresías escandalosas, en una región en donde la pluralidad fue, durante muchos años, fuente incluso de insurrecciones como la aplacada del EZLN cuyo destino y perspectiva nadie conoce… ni Galeano, el “ex Marcos”.

El hecho es que al candidato del PAN, Francisco Rojas Toledo, lo incordiaron cuando comenzó su lucha por el reclamo de una victoria innegable. Sólo entonces aparecieron los videos en donde se le observa extendiendo las manos para recibir mucho dinero por parte de un empresario priísta. Un montaje previo celosamente cuidado para ser usado en un caso extremo con el aval superior de Manuelito.

Como el Tribunal Electoral ya no sirve siquiera para alentar esperanzas, se ha declarado vencedor al “verde”, como cola de los priístas, Fernando Castellanos Cal y Mayor quien se dispone a ser alcalde de Tuxtla Gutiérrez con la manifiesta resistencia de una mayoría indiscutible aunque la convocatoria haya mermado por la campaña negra a posteriori. ¿Y la democracia? Esta parece destinada al armario, en lo más profundo, de la estrellita Anahí Puente Portilla, quien mostró más “empuje” que su marido durante este septiembre que termina y especialmente en la ceremonia del Grito.

Amplios escotes, cero imaginación para gobernar.

La Anécdota

Javier Duarte de Ochoa, mancillado por la sangre derramada bajo su férula, le regaló una caña de pescar al senador Héctor Yunes Lara, cuya familia es un verdadero azote para los veracruzanos. Le dijo que era para atrapar a los “peces gordos” como ha dicho. El legislador la aceptó y luego la devolvió saliéndose del sitio antes de que el acto terminara como una declaración de guerra.

Fíjense, la familia Yunes está apropiada del casino, digo del juego político en la entidad: cuenta con tres senadurías, todas del PRI, para Héctor Yunes Landa, José Francisco Yunes Zorrilla y Fernando Yunes Márquez, los tres primeros sobrino y el último hijo del nefasto y corrupto Miguel Ángel Yunes Linares. Además, el alcalde de Boca del Río, la conurbación del puerto de Veracruz, es Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre, Yunes Linares es diputado federal. ¡Un asco con vertientes de zahúrda! Además, los sobrinos pertenecen al PRI y los hijos y el patriarca abyecto al PAN.

Sólo la relatoría da náuseas en pleno auge del nepotismo y la soberbia. Entre Duarte y Yunes sólo gana el segundo, en abyección, por el número de Juniors privilegiados. ¿Qué esperan, veracruzanos, para ponerse de pie y darles una patada en el trasero a semejantes patrañas de políticos?

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