Rafael Loret de Mola – Meta a la Vista

RAFAEL LORET DE MOLA

  • Meta a la Vista
  • División Penosa
  • La Partidocracia

Por Rafael Loret de Mola

11227916_663734790436706_1721238432567513264_nEl próximo domingo habrá elecciones; a esta hora aún no se sabe si podrán instalarse casillas en las regiones más convulsas de Michoacán y Guerrero en donde se renovarán gubernaturas, a la par con los comicios federales intermedios, y un clima enrarecido por los muy cercanos actos de barbarie bajo mil interpretaciones. Cuando el gobierno debe modificar versiones y deja rastros evidentes sobre escenarios manipulados, nunca podrá confiarse en ellas ni en las explicaciones posteriores. Ya hay demasiados antecedentes sobre los engaños monumentales a la opinión pública; basta mencionar Tlatlaya… y, por supuesto, Ayotzinapa –un pueblo que quedó grabado ya en la memoria universal-.

El campo electoral quedó minado al difundirse el diálogo del consejero presidente del INE con su secretario ejecutivo. Lo que dijo, en el tono en el cual lo expresó y el contexto mismo, son suficientes razones para dudar de la imparcialidad del sujeto, Lorenzo Córdova Vianello, y por ende, del destino de nuestro voto si nos animamos a salir de casa para ir a la gran piedra de los sacrificios colocada sobre las meses electorales, a sabiendas, además, que los narcotraficantes, en buen número de alcaldías y postulantes a curules federales o estatales, han sido factores determinantes en acuerdo con los gobernadores y operadores del gobierno central, muy conocidos y a la vista, para impulsar a los presuntos ganadores o a dos de ellos dispuestos a calmar a quien quede rezagado con una fortuna invertida en sí mismo (a). En fon, los creyentes que aún queden se enfrentarán a nueve cortinas de humo en las entidades listas a estrenar gobernador en los próximos meses. Vayamos por partes.

1.- Campeche. Con un gobernador desobligado y torpe, Fernando Ortega Valdés, manejado por Juan Estrada –un sujeto de desviadas costumbres que hizo de su oficina el centro de sus lúdicas citas con personajes del mismo sexo, cualquiera podría pensar que el PRI tendría cuesta arriba su victoria. No es así. Como abanderado del partido del presidente aparece el siempre calculador, Alejandro Moreno Cárdenas, con fama de ser cortesano de oficio sin distingo de colores o señas partidistas. Fue cercanísimo a Roberto Madrazo, luego estrechó vínculos personales con su “paisano” Juan Camilo Mouriño –nacido en Madrid, por cierto-, y finalmente se convirtió en uno de los personajes con afinidades con el señor peña nieto, tan sólidas, que no le han faltado apoyo para superar a adversarios de medio pelo, a modo, digamos, pese a las desafinadas voces como la de Layda Sansores San Román, hija del cacique quien ya aterrizó en MORENA.

2.- En Colima, la alianza increíble del PRI con el Verde y el Panal puede surtir efecto por aquello de los votos del miedo y el rechazo que produce el aspirante panista, Jorge Luis Preciado Rodríguez, con muy mala imagen como “administrador”. No parecen importar demasiado, acaso por desconocimiento, las corruptelas descaradas del ex gobernador Fernando Moreno Peña ni las del actual mandatario, Mario Anguiano Moreno, coludidos acaso en el crimen contra el ex mandatario Silverio Cavazos Ceballos a la vuelta de su casa. Los colimenses olvidan muy pronto.

3.- Querétaro. Aunque con cierta disputa y la cauda de bienes inmuebles de su familia, el ahora priísta Roberto Loyola Vera, cuyo hermano Ignacio se convirtió en una de las pesadillas del priísmo cuando ejerció como gobernador hace tres lustros, parece sacar ventaja al panista Francisco Domínguez Servién quien no ha podido ganar popularidad pese a sus intentos. Los otros partidos, PRD y Morena, participaron por llenar el espacio sin el menor posicionamiento ante la ciudadanía.

4.- En San Luis Potosí, en cambio, parece difícil que el PAN pierda su ventaja con su abanderada Sonia Mendoza Díaz. Recuérdese que esta entidad tiene un largo historial como opositora y firmeza para defender sus sufragios gracias a la doctrina del inolvidable doctor Salvador Nava. El PRI, sin embargo, parece igualado con Juan Manuel Carreras López, a quien el mandatario Fernando Toranzo apoyó en un principio y luego se enfrió, acaso decepcionado por la pobreza de su discurso.

5.- Baja California Sur. Aquí los aspirantes se pelotean las candidaturas sin importarles gran cosa los partidos. Así fue como llegó al gobierno, hace seis años, Marco Alberto Covarrubias, después de renunciar al PRD que no lo postuló y acercarse al otro extremo, el del PAN, para consumar su victoria luego de coqueteos con el PRI. En circunstancia parecida, el PAN lanzó a Carlos Mendoza Davis, el PRI a Ricardo Barroso Agramont –una especie de cacique local-, y el ORD a Jesús Durk González. Los intereses empresariales están con el priísta; los populares parecen dividirse ante el alud de propaganda a favor de Barroso Agramont por lo que es éste quien mejores posibilidades tiene.

6.- En Michoacán, igualmente, el perredista Silvano Aureoles Conejo, en apariencia apoyado soterradamente por peña, parece encontrar la ruta para superar al PRI: la alianza de última hora con la infeliz panista Luisa María Calderón, desplazada por segunda vez –y ya van tres golpes a la misma familia incluyendo el primero sufrido por felipe-, y de quien partió la iniciativa de unirse, con Aureoles en cabeza, con tal de evitar el triunfo del priísta Ascensión Orihuela Bárcenas, otro de los amigos de Manlio a punto de reventar.

7.- En Guerrero tienen muy clara la visión de futuro. Tras las matanzas y sus secuelas brutales, el gobierno perredista llegará a su fin si bien podría rescatar la alcaldía de Acapulco a favor del ex gobernador Zeferino Torreblanca, númen del empresario corruptor. Pero la entidad la ganará el PRI por el desorden dejado por el PRD y su gallo, Héctor Astudillo Flores, se ha mantenido fuerte hasta la recta final mientras el PRD colocó a una candidata poco enrona calculando que las faldas podrían ayudarla: Beatriz Mojica, atajada en buena medida por el aspirante de MORENA. Otra vez, el PRI aprovecha condiciones y divisiones; si gana se lo deberá a la cruda pelea entre la izquierda.

8.- En Sonora la apuesta va perdiéndola, como en las demás entidades en donde intervino, el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones en franco duelo con el presidente peña, muy desequilibrado por cierto –el duelo, por favor-. Manlio apostó por Claudia Pavlovich Arellano y la han hecho trizas en la campaña con muy duras denuncias sobre inmuebles adquiridos a última hora y una tendencia acaparadora, tanto, que su rival del PAN, Javier Gándara Magaña, apoyado por peña debajo del agua y por el ominoso gobernador Guillermo Padrés sobre la superficie, se ha dedicado a exhibirla para asegurar la continuidad a pesar de la burda y corrupta actuación de Padrés, el beneficiario del drama de los niños quemados en la guardería ABC de Hermosillo y quien nada hizo para encarcelar a los culpables. Eso no se perdonará nunca… aunque ya haya muerto Juan Molinar Horcasitas, ex director del IMSS, uno de los involucrados por intervención de Margarita Zavala, la mujer de calderón.

9.- Llegamos a Nuevo León en donde la guerra sucia cobró una relevancia de la mayor importancia. La candidata de emilio gamboa –quien presume de ser el enlace de los grandes directores de medios masivos con el gobierno peñista-, Ivonne Álvarez García, pese a la derrama recibida para publicitarte, apenas ha logrado sostenerse cerca del independiente Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, “El Bronco”, a quien muchos quieren y algunos menos detestan en grados paralelos. La victoria moral de éste se dio cuando Fernando Elizondo, ex mandatario interino y representante del Movimiento Ciudadano, le brindó su apoyo al ex priísta –Rodríguez tuvo una militancia de varias décadas en el ahora partido del presidente-, en su condición de ex panista. Y luego comenzaron a deslindarse otros aspirantes para sumarse y hacer más duro el cerco ante el descontrol de una ciudadanía que no asimila a “El Bronco” porque lo considera una suerte de esquirol… aunque haya dejado atrás a la priísta Ivonne. El resultado está por definirse pero es claro que de no ganar Rodríguez, las candidaturas independientes dejarían de ser opción con los consiguientes costos políticos.

Cinco gubernaturas para el PRI –si gana Baja California Sur-, dos para el PRD, una para el PAN y otra posiblemente para un Independiente. A simple vista sale ganando el PRI… pero el Congreso federal puede estremecerse.

Debate

La gran pelea no es entre el PRI y sus adversarios, en cuanto a la definición de los gobiernos estatales, sino entre dos grupos priístas enfrentados de manera irremediable. En cierto modo, enrique peña nieto quiere agotar toda posibilidad de que Manlio Fabio Beltrones permanezca, después del 31 de agosto cuando termina sus funciones como diputado y coordinador de su bancada, en la palestra política. Nunca se entendieron porque a Beltrones le fue prometida la titularidad de la secretaría de Gobernación y le pintaron bastos, a fines de noviembre de 2012 y en este 2015 cuando creía en el retiro del hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong.

Por eso, claro, los candidatos de Beltrones tienen sus días contados: en Michoacán, Ascensión Orihuela; y en su propia Sonora, Claudia Pavlovich. Lo increíble es que el presidente peña haya preferido apoyar a la alianza panista-perredista, de última hora, en Michoacán y al panista Gándara Magaña, en la controvertida Sonora –en donde prohíben las corridas de toros pero se devoran la carne de bovino en una fina congruencia de ideas-, donde el domingo pueden arder las casillas ante las evidencias de manipulación.

El PRI es ahora el peor enemigo del PRI; y, en cambio, las divisiones tremendas en la izquierda desperdigada y en el PAN agitada por las aguas de las ambiciones –me refiero, claro, a calderón y su Margarita, casi a imitación de Andrés Manuel y su MORENA-, vienen resultando sus mejores aliados para seguir venciendo con un mínimo de sufragios y una abstención en crecida que resta toda legitimidad a los actores políticos.

La Anécdota

Por allí me puse hablar de la Partidocracia hasta que me interrumpieron:

–¿Y qué es eso de la partidocracia? –sonó agresivo el interlocutor-.

–El dominio de los dirigentes partidistas sobre los escenarios políticos, en síntesis.

–¡AH! Pues entonces yo le nombraría partidomadres… sin tantas explicaciones.

No me quedó más remedio que sonreír.

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