Rafael Loret de Mola – Nadie cree en el Mando

RAFAEL LORET DE MOLA

  • Nadie cree en el Mando
  • Rectoría sin Políticos
  • Los Catalanes se Fugan

Por Rafael Loret de Mola

Arely Gómez González-Blanco, la primera procuradora con pretensiones de ser mediática por su hermandad con Leopoldo, el jefe de noticias de Televisa, ya no sabe cómo asumir su doble personalidad: la de ser “abogada” de la nación y, al mismo tiempo, no caer envuelta en escándalos que la rebasan hasta en los noticiarios de la empresa mencionada, cada día uno distinto, sin lastimar su origen y sus compromisos personales y políticos. Es priísta, claro.

Rafael Loret de Mola - Nadie cree en el Mando

Ahora optó por guerrear con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, encabezada por Luis Raúl González Pérez, atento y serio en la materia que le corresponde y a la cual ha servido desde hace varias décadas, al enfurruñarse por las versiones encontradas sobre el caso de Ayotzinapa y, sobre todo, la evidente actuación represiva del ejército en este escenario y otros más a pesar de las fútiles defensas del general salvador cienfuegos zepeda, condenado ya por la historia de manera irreversible.

Por ello juzgo necesario hacer un análisis de los titulares de la SEDENA en los últimos sexenios para ir poniendo los puntos sobre las íes y tratando de descubrir el hilo negro en cuanto a la infiltración de los altos mandos castrenses por parte de las activas mafias de narcotraficantes, secuestradores y otras lindezas. Empecemos con el sexenio del genocida díaz ordaz:

1.- El general Marcelino García Barragán, jalisciense con monumento entre las efigies de los hombres ilustres, ha sido considerado un dechado de lealtad por el hecho de no “aprovechar” la anarquía para dar un golpe de Estado tan en uso en la década de los setenta del siglo pasado. En realidad, no se atrevió a dar el paso porque sentía fidelidad hacia el presidente y, sobre todo, porque éste le compensó con excesiva generosidad sin que asumiera roles inalcanzables para él.

2.- Con Echeverría comenzó la politización de la SEDENA al grado de que su titular, Hermenegildo Cuenca Díaz, quien marchó al lado de Don Venustiano Carranza defendiendo la integridad de éste hasta su muerte en Tlaxcalantongo, fue señalado como candidato a gobernador de Baja California en 1977, terminado el sexenio echeverriano pero con el aval de lópez portillo, muriendo a mitad de su campaña con elevadas sospechas sobre el deceso. Por supuesto, la crónica oficial termina en este punto.

3.- Félix Galván López fue el secretario ideal para un presidente, en su caso lópez portillo, porque intervino poco, negoció por debajo del agua y hasta permitió que se le subiera a las barbas el befasto “general” Arturo Durazo Moreno, secretario de la policía defeña bajo la regencia de Carlos Hank González y con derechos extracurriculares. En este punto comenzó a romperse la fidelidad “sacrosanta” de los soldados y a medrar con la misma a cambio de prebendas tales como la tolerancia hacia ciertas actividades extras, muchas de ellas delincuenciales. La pudrición mayor llegó en este punto.

4.- Con miguel de la madrid al frente, subió escalones el general Juan Arévalo Gardoqui quien, de plano, puede considerarse como el primer secretario-narco de la dependencia con su hijo, del mismo nombre, a la palestra e invirtiendo millonadas en hoteles y antros en Chihuahua. El sujeto habilitó, además, al execrable bartlett para armar sus desmanes contra periodistas y líderes de opinión salpicando de sangre, pero sin gloria, “las armas nacionales”. Fue el tiempo del “boom” del narcotráfico y de los primeros embates serios contra la integridad de las jerarquías castrenses que vendieron caras sus lealtades.

5.- Con salinas, el dantesco gnomo de Dublín, llegó a la SEDENA el tibio general Antonio Riviello Bazán a quien impusieron, como jefe de su Estado Mayor, al deplorable general José Ángel García Elizalde, el gran protector de los mafiosos de la cocaína. Riviello, presionado durante todo aquel sexenio, sólo tapaba los agujeros creados por las complicidades de la cúpula del poder y fue siempre rebasado por las conexiones presidenciales… aun cuando para la historia él será siempre responsable del deterioro.

6.- Desde luego, el general Enrique Cervantes Aguirre, bajo la férula del simulador ernesto zedillo, será señalado, siempre, como el mayor protector de los líderes de los principales cárteles de entonces: los de Tijuana, con los hermanos Arellano Félix, y sobre todo, con el de Juárez jefaturado por el “señor de los cielos”, Amado Carrillo Fuentes, supuestamente muerto desde 1977 pero más vivo que nunca. Cervantes, incluso, propició una reunión entre los cabecillas señalados en el inicio de la deplorable gestión zedillista y, pese a ello, jamás fue indagado judicialmente a diferencia de quien lo denunció, el general Jesús Gutiérrez Rebollo, muerto recientemente mientras operaban a peña nieto en el Hospital Militar. Cervantes, bajo el agua y con enorme efectividad, fue quien institucionalizó los vínculos entre las primeras familias y los mafiosos de alcurnia, interrelaciones de las que todavía se benefician los perentorios huéspedes de Los Pinos.

7.- El general Gerardo Clemente Ricardo Vega García, escogido por los fox, la pareja ex presidencial, llevó bien la parodia en cuanto a la persecución al narcotráfico –sin declaración de guerra aún-, dejando hacer al cártel de Sinaloa –con el primer escape de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2001-, a costa de reprimir al del “Golfo”, favorito de los ex presidentes priístas anteriores. Cambiaban de capos como de pelotas, sin la menor discreción. Vega García fue un buen alfil de los empresarios ávidos de cobrarse las facturas por los financiamientos a favor de los fox durante la larga campaña presidencial de 1998-2000. El dinero sucio fue, sin duda, determinante para la llegada de vicente al epicentro del presidencialismo.

8.- Con el ingenuo felipe calderón aterrizó en la SEDENA, el general Guillermo Galván Galván quien, de entrada, ridiculizó al mandatario colocándole una casaca militar que le hacía ver como a “Tontín”. Luego, Galván se convertiría en uno de los asiduos contertulios en las célebres “tardeadas” de Los Pinos en donde calderón cultivaba su pasión por Baco y su falta de respeto por cuantos caían muertos en los campos de batalla, sobre todo después de 2008 cuando fue derribado el Lear-Jet donde viajaba su delfín y efebo, Juan Camilo Mouriño Terrazo. Ya pasaron siete años como un suspiro y felipe ahora disfruta de las carreras del Gran Premio, además del Mundial y cuantos eventos universales le apetecen. Y nadie osa molestarlo porque, sin duda, los mandatarios prefieren cubrirles las espaldas a sus predecesores para que sus sucesores se comprometan a lo mismo.

9.- Fue así como llegamos a la descomposición actual a manos del general salvador cienfuegos, protector de los mílites que iniciaron las matanzas de Tlatlaya, Tanhuato, Apatzingán y otras más, incluyendo derribos de helicópteros militares –en apariencia- y un paulatino avance de los facinerosos. Los genocidios van paralelos a la explosión cívica en contra de la administración con mayores niveles de corrupción y con matanzas de seres humanos –fosas clandestinas en ristre- casi cotidianas. Todo ello, claro, con justificaciones banales y de poca monta por parte del general secretario quien debería presentar su renuncia, de una vez por todas, antes de descomponer cuanto queda del tejido de la nación.
Juzguen ustedes, amables lectores, sobre los hechos sucintos. ¿A quiénes debería condenarse? ¿Sólo a quienes han muerto o a los vivos con edades mayores a las octogenarias e incluso nonagenarias? Porque es un hecho que en este país la justicia depende de las consignas superiores, es decir de la aplicación discrecional ordenada por el presidente de la República, mientras se persigue a los odiados críticos y se les amenaza, como ya me sucedió a mí, advirtiéndoles que no vayan a encontrarse con una “bala perdida”.

En el México de hoy, al igual que hace cien o doscientos años, quien protesta debe estar advertido por si le pasa “cualquier cosa”. Pero tal es fruto de la desesperación y de la imposibilidad de revertir las tendencias para salvarse de las hogueras de la historia.

Debate

Me complace, como universitario y puma que soy, el inicio de la rectoría de Enrique Graue Wiechers –el segundo apellido me recuerda a un cercano amigo de la infancia quien acabó siendo hermano marista-. Las razones son dos:

1.- Parece agotada la prepotencia exhibida por José Narro Robles cuya actuación sólo fue dirigida a quienes pensaban y actuaban como él, desdeñando a críticos serios y a intelectuales incómodos. Para Narro, el mayor gritón de “goyas” de la historia, se le recordará por las ceremonias de aniversario de la UNAM más que por sus realizaciones; de hecho, no se avizoran éstas a través de ocho años de mansedumbre cultural.

2.- Esperamos, igualmente, que la Rectoría no se politice como en los tiempos de Juan Ramón de la Fuente, frustrado aspirante presidencial en, cuando menos, tres ocasiones, a falta de partido y de su propia indecisión personal para lanzarse como independiente. Todos los recursos de la máxima casa de estudios fueron canalizados, aunque se tratara de alguna realización, hacia el proselitismo más infecundo de cuantos tengamos memoria.

De hecho, durante ocho años, desde su salida de la UNAM en 2007, no se le conoce hecho o actuación relevante o significativo salvo estar como saltimbanqui en el tablero de las especulaciones. Su activismo de pacotilla reduce sus luces académicas –no tantas como se le endilgan-, y le hizo un serio daño a la institución universitaria cuando se decía que su gestión había sido ejemplar. Pero, ¿y en lo demás? Ni como médico ha servido gran cosa a diferencia de su ilustre padre, psiquiatra ilustre, quien le recomendó a zedillo por sus servicios a la señora de éste, Nilda Patricia Velasco. Y de allí para el real.

En fin, que ya es bueno para la UNAM recuperar lo desandado en estos tiempos y volver a la senda de un rectorado que no se distraiga en politiquerías mezquinas ni en activismo para los cuates.

La Anécdota

“Se van, se van”, como diría el célebre Jorge “Mago” Septién. Los catalanes ya están en pleno proceso de secesión y han declarado su afinidad con la República. Se acabaron para ellos, como dicen, los Borbones y sus “porretas” y las sanciones por caricaturizar a los golfos del Palacio de la Zarzuela, a todos ellos incluyendo a los abdicados. Una vindicación histórica a varias décadas –casi ocho-, luego de la toma de Barcelona por las tropas franquistas, o “nacionalistas”, que aún permanecen con fueros para imponer la voluntad de los otrora “conquistadores” que están quedándose sin tierras, reducidos a cenizas. ¿Será una alegoría?

El hecho es que me simpatiza lo de la “República Cataluña” –debo confesar que antes del pronunciamiento republicano tenía mis dudas y rechazaba la terca idea de la secesión-, bastante más que el ridículo denominativo del “Reino de España”, tan caduco como un gobierno emanado de las herencias del “caudillo” que no se atreve siquiera a descubrir las fosas clandestinas que prueban los asesinatos a mansalva de miles de españoles a las afueras de cada pueblo.

Siquiera, en México, ya comenzamos a abrirlas.

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