Rafael Loret de Mola – Presidente Perdido

RAFAEL LORET DE MOLA

  • Presidente Perdido
  • Desconfianza Total
  • Nuevas Generaciones

Por Rafael Loret de Mola

Rafael Loret de Mola-Presidente PerdidoUn padrotito de vecindad, Joaquín Gamboa Pascoe, se erige su propia estatua y alega que tal es costumbre en algunos pueblos asiáticos; el Papa utiliza el término “mexicanización” en una misiva privada y la Cancillería se rompe las vestiduras; un cineasta mexicano triunfador aprovecha las candilejas de la Academia para resaltar que los mexicanos podamos “hallar y construir el gobierno que merecemos, no uno mejor o peor, sino simplemente la aspiración permanente por superar los estragos de la corrupción, la impudicia y la manipulación propagandística; los líderes de tres de los partidos políticos con mayor posicionamiento –aun cuando creo que MORENA desplazará al PRD-, asumen que existe una enorme crisis de credibilidad entre la ciudadanía respecto a sus distintos institutos políticos; y, para colmo, nos enteramos que “los empresarios” financiaron el cuartel para el 65 Batallón de Infantería en plena eclosión de la oligarquía. ¿Qué país es éste?

En reiteradas ocasiones hemos reiterado que la presidencia de la República está extraviada; y no desde el régimen en curso. Con los fox, quienes prometieron un cambio que jamás llegó al asumir el continuismo el mandatario respectivo y su consorte de las “muchas faldas”, se justificó la parálisis institucional por efecto de los contrapesos legislativos y porque el Ejecutivo no tenía capacidad para imponer sus iniciativas ni, mucho menos, para rectificarlas aumentando con ello los grados de autoritarismo supuestamente “superados” como él dijo, mintiéndonos bajo los efectos del Prozac; llegó felipe calderón y el alcoholismo determinó su gestión poniéndose en manos de sus mandos de seguridad con quienes realizaba sus tardeadas en Los Pinos “hasta morir”, instantes por demás desgraciados porque el jefe de la casona se daba a dar órdenes sin sentido olvidadas por la mañana. Los vacíos de poder crecieron al infinito.

Con la asunción de peña nieto no faltaron los optimistas quienes aseguraron que llegaba al poder una clase política distinta, sin el acompañamiento de las viejas mafias. Un engaño mayúsculo que ahora se canaliza hacia la crispación colectiva cada vez mayor mientras el mandatario mantiene dos frentes: el desprestigio hacia fuera y la enfermedad que le carcome hacia dentro. Y ni así quiere irse, asido al poder y acaso pensando en ser reverenciado, digamos como Hugo Chávez, en la extraviada intención de perpetuarse en la memoria del colectivo; por desgracia, este propósito sí lo está cumpliendo pero para mal: la historia la ha perdido y con ella todo vestigio de autoridad moral por lo cual será recordado por los saldos de una barbarie incontrolable al arbitrio de la sinrazón. Algo podría salvarse si se aleja de Los Pinos y aduce que la merma de su salud le impide continuar para no ser visto como un fracasado, siquiera en su entorno personal. Mientras tanto, a su alrededor, la guerra intestina se ha agudizado a punta de ambiciones bastardas.

De allí que sea dolorosamente sintomática la extraña alianza de los empresarios, como ya adelantó el ingeniero Enrique Solana Sentíes –con dos apellidos “gloriosamente” priístas, de la vieja guardia-, con los mandos castrenses perfila un riesgo enorme para la estabilidad nacional. ¿Acaso es anuncio de un soterrado acuerdo para respaldar, si llegase el fin del gobierno civil representado por peña, la entronización dictatorial de los generales desbordados y con el territorio dominado por ellos gracias a sus mutuas infiltraciones con los poderosos cárteles mejor pertrechados y con sicarios bastante mejor pagados que la soldadesca cuyos muertos no caen siquiera con la seguridad de que sus familias no pasarán hambre ni contarán con una casa decorosa. Hipocresías que, juntas, desembocan en la demagogia.

Y, por cierto, los tales “empresarios” –unos cien con beneficios mayores a mil millones de dólares sin incluir a los ex presidentes que se ocultan el los prestanombres como el mayor de todos ellos, el difunto mario vázquez raña exaltado cual si fuese un héroe tras haber sido solo un farsante-, ¿han optado por construir cuarteles y no albergues juveniles, asilos de ancianos, hospitales populares, escuelas en donde los alumnos no sigan a expensas de maestros con tendencia al mitote y la ociosidad, o incluso la remodelación de algunas de nuestras bellas ciudades abandonadas a su suerte por desgracia. Siquiera en Cuba, la antigua dictadura militar se dio a la tarea de embellecer La Habana con un plan maestro que le ha redituado en una importante fuente de ingresos a través del turismo; pero, entre nosotros, la secretaría respectiva se ha convertido en una suerte de matriarcado como réplica a los feminicidios extendidos a todas las entidades y no sólo concentrados en Ciudad Juárez.

¿Y los impuestos e ingresos varios que el gobierno recauda? Desde luego, se entiende que sostener una estructura gigantesca en la cual se pagan seiscientos mil pesos, cada mes, a los miembros de la Suprema Corte de Justicia y más de cuatro millones de pesos a los presidentes del Instituto Nacional Electoral, la Comisión de Derechos Humanos y de la República, en ese orden, requiere de los mutilados tributos que en veintidós entidades deben pagar las nuevas alcabalas… a los dueños del piso, los narcotraficantes. Lo restante no sirve para iniciar las cuatro mil 300 “obras” prometidas a no ser, insisto, en que el cambio de cada bombilla del alumbrado eléctrico se contabilice.

Y seguimos. La procuraduría general de la República, en manos todavía de jesús morío –murillo- karam, admite que han sido asesinados ciento tres periodistas en quince años, esto es los dos sexenios panistas y cuanto llevamos del actual, nefasto. ¡Miente! El número es mucho mayor porque no incluye a los “desaparecidos” quienes llevan años en esta condición ni aceptan como víctimas a cuantos consideran inmersos en problemas de homosexualidad, líos de faldas o conflictos financieros de acuerdo al criterio discrecional de unos cuantos sujetos al servicio de los órganos judiciales. Infames todos. Y muy mentirosos.

Desde luego, con ello entendemos que el señor peña se preocupe tanto por permitir a los intrusos agentes del exterior a portar armas dentro de nuestro territorio… a cambio de que a los mexicanos no se les conceda tal privilegio en el exterior. En materia de diplomacia jamás hemos tenido reciprocidad: ni con las visas, ni con las tarifas para obtenerlas y para penetrar el territorio del norte si se va en automóvil ni para responder con un “ojo por ojo” las múltiples agresiones a nuestros compatriotas. Pero ellos sí tendrán sus pistolas al cinto… y los mexicanos no tenemos ese derecho salvo si la Secretaría de la Defensa extiende ese permiso tras la venta del armamento confiscado y de calibre muy menor. ¿A quién sirve el señor peña? No, desde luego, a sus “compatriotas”. Es, como miguel de la madrid, un entreguista más. Nada de una nueva clase política. ¡Farsantes!

Mientras tanto nos aseguran que casi nueve de cada diez habitantes de este México violento se dicen y sienten “felices”. Sólo en el sureste el 83 por ciento de los indígenas –los mayas cuya cultura fue insuperable en su época de esplendor para apagarse paulatinamente al ritmo de las ocupaciones, primero de los españoles y después de los caciques a quienes concentraban en el término de “casta divina”-, asevera ser discriminado por razones racistas, sexuales y hasta por su vestimenta de acuerdo a la Comisión de Derechos Humanos de Yucatán; y ahora mismo, además, se reduce el número de camas en los hospitales públicos para acelerar aún más la indigencia.

Deben sentirse muy contentos al igual que las mujeres sin justicia en el norte y centro del país, los trabajadores afrentados por un hipócrita que presume de sus riquezas y alega que para ser líder de los obreros no requiere andar descalzo y con huaraches: “nunca me verán así”, pronosticó con una petulancia propia de los fascistas. Y ahora ya tiene estatua. Vamos todos a orinar sobre ella, como aconsejaba el maestro de América, José Vasconcelos, tras uno de sus exilios. Me apunto.

Menos mal que los maltratados emigrantes mexicanos enviaron 23 mil 697 millones de dólares desde los campos en los que laboran clandestinamente con sueldos inferiores a los obtenidos por los “blancos” agricultores. ¿Se imaginan qué sería de nuestro depauperado campo sin estos ingresos? La miseria galopante, sin embargo, está llegando a su límite y no depende ya del gobierno frenarla. Bastaría con cerrar la frontera para desatar un caos social. Por eso, claro, seguimos de rodillas en el círculo más vicioso de la crónica universal.

Debate

Hemos charlado en los días recientes con militantes de distintos partidos y todos señalan, como lo hacen sus dirigencias, en que están conscientes de la irritación general y de uno de sus factores principales: los pleitos de comadres al interior de cada instituto. Cuando menos no están entre las nubes, volando como el “Birdman” de Los Pinos al lado de su entrañable “Gaviota” otrora blanca y ahora repelida por una enorme cantidad de sus antiguos admiradores. ¡Qué caro le está saliendo a la artista su magro papel de “primera dama”.

Por cierto, en “El Alma También Enferma” –ya en su segunda edición bajo los auspicios de la Fundación Loret de Mola dado que las empresas editoriales están en manos de los intereses españoles y estadounidenses que cubren las mamparras-, se señala que Angélica Rivero Hurtado –sobrina precisamente de miguel de la madrid hurtado-, tiene un estipendio especial por desarrollar la trama de esposa del mandatario quien no puede abandonar su agenda sexual: cincuenta mil pesos diarios, un millón y medio de pesos al mes y dieciocho al año. Un contrato bastante mejor a los que, dicen, firman los exclusivistas de Televisa. (Por cierto algunos de ellos insisten en que sucede lo contrario, esto es son tratados como jornaleros en plena eclosión de poder empresarial. Entonces, ¿de dónde salieron las casas blancas de Las Lomas?

Basta referir lo anterior para responder a la interrogante sobre las razones de peso de la desconfianza general. Y de allí el dilema sobre si debemos o no votar. Y miren que antes este columnista era un furibundo defensor del sufragio como método para asegurar el buen término de NUESTRAS decisiones. Pero, al cabo de los años, me percaté que las líneas son marcadas por una pequeña elite que no sabe escuchar ni toma en cuenta los principios torales de la República.

La Anécdota

¿Alguna esperanza? Hace unos días conversé con una inteligente diputada federal, María Teresa Jiménez Esquivel, de Aguascalientes y con apenas treinta años. Es guapa, inteligente y, obvio, muy joven… como lo es igualmente Ricardo Anaya Cortés perfilado ya para ocupar la presidencia nacional del PAN contra la oposición de los calderonistas quienes carecen de vergüenza. Y me decía:

–Nuestra apuesta es por la renovación generacional; quizá ya no haya tiempo antes de las elecciones de junio próximo, pero después es posible.

El gran conflicto, repliqué, es que ya nadie cree en los partidos y son pocos los aspirantes que pasan la prueba del análisis, la de su propio historial y la de sus capacidades. De trescientos distritos, sólo en treinta, según hemos corroborado, pueden decir que sus representantes han cumplido aun cuando sea a medias. Y es esto lo que nos mantiene en el filo de la ruptura.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *