Señales Abrumadoras y AMLO y su Enfermedad

  • Señales Abrumadoras.
  • AMLO y su Enfermedad.

Por Rafael Loret de Mola

El titular de la marina, almirante Vidal Soberón Sanz, fue contundente al reflejar su sentir y el de sus subordinados: aceptarán a cualquier candidato, sin importarle filiación, que gane la Presidencia y, además, aseguró que estaban preparados ya, desde ahora, para un “cambio de régimen”. Tan poca es su confianza en el refrendo priista ante la lejanía que mantiene el abanderado no militante de este partido quien, al fin y al cabo, se sacó la rifa del tigre… digamos como el tonto útil Francisco Labastida en 2000. Los paralelismos son odiosos pero en ocasiones necesarios. Por ejemplo, a diferencia del pobre Francisco, Meade es inteligente, pero no es político ni puede zafarse de algunos escándalos como la llamada “estafa maestra”, cometida en sus narices. El PRI está en la lona.

Lo saben todos. Aurelio Nuño Mayer, coordinador de la campaña priista y ex secretario de Educación, pasa vergüenzas y no replica cada que sus opositores –Damián Zepeda, del PAN, y Tatiana Clouthier, la hija el icono panista, “Maquío” convertida en morenista-, le lanzan a la cara, por televisión, que su partido ocupa un lejano tercer lugar en las preferencias electorales tomando encuestas de todo tipo, esto es incluyendo a las ordenadas en Palacio Nacional y a las que, con descaro, acercan a Ricardo Anaya hasta a cuatro puntos de distancia de Andrés, lo que está fuera de proporción.

La realidad es otra y lo saben en los grandes corporativos cuyos accionistas principales han dialogado ya con Andrés en busca de acuerdos de no agresión en la hora de sumar a todos. Para esta misión le sirve, a perfección, uno de sus hombres fuertes, Alfonso Romo, del grupo Monterrey al que tanto persiguió echeverría y luego sirvió de sostén a vicente fox y otros aspirantes, sobre todo al gobierno de Nuevo León, que recibieron el aval de aquellos llamados “riquillos” en la década de los setenta del siglo anterior. 

Por cierto, no se trata de una guerra sucia señalar que varios de los principales colaboradores de Andrés tuvieron el sello salinista: Alfonso Durazo Montaño, Manuel Bartlett Díaz, Marcelo Ebrard Causabón, Esteban Mocetzuma Barragán –tenía a los hermanos de éste más cerca y más mprenistas-, Ricardo Monreal, y antes, el extinto Manuel Camacho Solís amén de una larga secuela de personajes cuyos antecedentes son condenables… sólo falta que lleguen por allí Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa. Sería redondo.

El caso es que Andrés debe ser más cuidadoso con cuanto dice y explicar algunas posturas que resultan difíciles de digerir para sus simpatizantes y, en general, para todos los electores en potencia; lo digo porque, cada día, escucho a más desertores quienes, de plano, alegan su inclinación por no votar, decepcionados del proceso, de los partidos y de los aspirantes. Se ven por doquier, desde cada instituto político y no sólo alrededor de Andrés quien, insisto, sigue muy arriba en las preferencias digan cuanto digan de él. 

Eso sí: no es guerra sucia hablar de hechos consumados y de cooptaciones indignas.

La Anécdota

Le pregunté, hace meses, a Ricardo Monreal sobre la salud de Andrés; me respondió:

–Está bien, pero debe cuidarse por prescripción médica; pero, en lo general, está muy animado. 

No es suficiente: un infarto y dos cardiopatías podrían cambiar drásticamente los escenarios y colocar a MORENA en un serio predicamento; sobre todo porque el propio Andrés, previsor, ya señaló a su esposa Beatriz –inteligente y excepcional- y a su hijo Andy –el de los tenis Louis Vuitton de ochocientos dólares-, como posibles alternativas.

Esperemos que NO sea necesario. 

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