EDITORIAL: PRIMERA QUINCENA DE ENERO 2014

Si la llamada a tomar las armas en diferentes estados de la República Mexicana es la solución, según algunos políticos, es debido a su fallida estrategia en controlar la seguridad en ellos. Sin embargo una acción provoca una reacción y esto sin duda una propuesta de guerra contra el crimen organizado, que sin temor a equivocarme serán enfrentamientos sin cuartel, donde personas inocentes habrán de perecer.

Sin la crítica que deberá esperarse de la oposición inmediata, y que resaltará como relámpago a revolotear el avispero de algunos inconformes, pero que harán leña del árbol caído, justificando las declaraciones como mentiras de campaña o mejor dicho demagogia matizada de discursos bien elaborados.

Si los Caballeros Templarios buscan el pretexto perfecto para iniciar la guerra en contra de ciudadanos acompañados y arropados por la iglesia católica, los sacerdotes encaminan a sus fieles a la defensa, tomando las armas como única opción.

La búsqueda por compartir el poder entre la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios es el botín en Michoacán, que los grupos de autodefensa habrán de llorar a sus víctimas, ya que el estado protege a los líderes que optan por tener el balón de su lado.

Hemos de concientizar en este momento que nuestras finanzas personales son precarias, es decir que nuestras matemáticas sociales mal empleadas a finales del año pasado, no sobrepasaron las expectativas para hacer frente a las nuevas reformas, que de nueva cuenta ofrecieron otra caída a la clase trabajadora.

No basta la asociación delictiva en Michoacán, sino que también se derrumba Guerrero; ¿hasta cuándo el gobierno en turno podrá parar una masacre anunciada en tierra prometida? Será que perderemos más empleos y que la crisis crecerá hasta convertirse en tsunami.

Si verdaderamente se ataca la inseguridad, se deberá impulsar la economía en México, ya que desde hace más de 30 años que no se ha logrado y por obviedad no habrás justicia social, mucho menos tranquilidad para nadie en las calles.

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