Editorial Primera Quincena de Septiembre 2013

Yo no voy a la FIL (Feria Internacional del Libro) en Guadalajara, pero al menos puedo mencionar que a mi corta edad El diablo de los Números de Hans Magnus Enzensberger marcó mis primeros días en las matemáticas. No uso mucho el Twitter, pero al menos sé administrar 140 caracteres para emitir un juicio crítico con fundamentos estables.


Por obvias razones no soy la señora de la casa, pero gracias a mis padres entendí que no por ser hombre no debo cocinar o ir al mandado. Además, fui instruido para gastar y conocer el precio de la canasta básica. No soy el protagonista del grito en el Zócalo Capitalino, pero al menos sé que el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos es un organismo federal destinado a proporcionar información gubernamental y garantizar la privacidad de nuestros datos personales toda vez que estos son utilizados por alguna institución pública o privada.


No soy políglota, pero al menos reconozco que mi nivel de inglés aún no es suficiente para hablar en público. No viajo al extranjero, pero sé guardar el respeto hacia mis anfitriones en momentos importantes. No gano el salario mínimo, pero estoy consciente de que con 6 mil pesos al mes una familia no puede darse el lujo de una escuela privada, el enganche y mensualidad de un auto, smartphones para cada miembro de la familia, teléfono e Internet en casa.


No soy un vecino ejemplar como me gustaría serlo, pero no utilizo la fuerza antes que la razón para silenciar un escándalo patrocinado por algún colono. No soy aguafiestas, pero antepongo una fiesta para conocer el estado de salud de algún amigo o familiar. No soy expresidente, pero tampoco hago el ridículo abriendo el hocico para mencionar mi superioridad hacia mis semejantes cuando sé que no es verdad.


No soy aspirante a un cargo público pero admiro y aplaudo la valentía de las parejas homosexuales para ejercer su derecho legal -al menos en el DF- para contraer matrimonio en un país tan machista. No soy político, pero conozco las necesidades de mi región y estoy al tanto de los movimientos gubernamentales de mis “representantes locales y federales” para conocer el rumbo de mi nación que tanta riqueza cultural me ha brindado pero que la poca conciencia social está carcomiéndola  desde dentro.


¡“Viva la selección nacional. Viva Saúl “El Canelo” Álvarez. Viva la política mexicana. Viva la mediocridad nacional. Viva la Coca Cola. Viva democracia disfrazada. Viva la impunidad y la corrupción. Viva La Rosa de Guadalupe. Viva el deporte como cortina de humo.”¡


¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!

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