Editorial: Segunda Quincena de Octubre de 2014

La crisis mexicana ya está por todas partes, ninguna zona, ningún estado, es más, ningún municipio se salva de lo que está sucediendo, y es que la incertidumbre está a flor de piel, existe crisis económica, la cual no se ve reflejada en la macroeconomía del país ni en el Producto Interno Bruto (PIB), pero es una crisis real donde todo sube de precio, la comida es más cara, los medicamentos tampoco se salvan y la gasolina sigue subiendo, pero el mexicano parece soportarlo todo, parece ser la raza más fuerte a nivel mundial, soportar corrupción, ineptitud gubernamental, incremento de precios, educación estancada, crimen organizado, entre muchas otras cosas que suceden en el país, pero pareciera ser que los mexicanos han despertado.

Muchos creen que el país está tirado al “carajo” y que nadie lo podrá sacar de ahí, pero hay que darse cuenta y recordar un extraño dicho que algunos mencionan “tenemos el gobierno que merecemos”, ¿por qué? Porque no exigimos, porque dejamos que hagan lo que quieran, porque estamos divididos, porque no sabemos trabajar en equipo, y aún más razones por las que el gobierno sigue actuando de la misma manera de siempre.

Pero qué sucede ahora, pareciera que el mexicano despierta, no importa si es una cortina de humo como las que ya conocemos que se hacen en nuestro país, no importa que haya sido en uno de los estados con más turismo de México, no importa que estén involucradas autoridades oficiales, no importa que se encuentre involucrado un gobernador que llego a su puesto mediante la “traición” a su partido abanderado con la supuesta izquierda mexicana, e incluso no importa que no se encuentren a 43 personas, lo que sí importa, e importa mucho, es que los desaparecidos son el futuro del país, son estudiantes, los posibles gobernantes del futuro o incluso obreros, pero al final de cuentas no importa lo que lleguen a ser, lo que importa es que se está destruyendo el futuro del país una vez más, existen muchos casos donde se involucran asesinatos o desapariciones de estudiantes en momentos sociales críticos, sólo viajemos en el tiempo a 1968.

Lo único que se puede destacar de esto, es que, los estudiantes del país, muestran una vez más que exigiendo en conjunto se puede lograr algo, ¿por qué esperar a que mueran o desaparezcan estudiantes? ¿Por qué dejar a los estudiantes solos en sus exigencias? Tal vez, y sólo tal vez, sería bueno que así como se exige la aclaración de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, se uniera la sociedad a exigir un buen gobierno.

Por Christian González Murillo

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