Una aventura fantástica al mundo de El mago de Oz

Por Elizabeth Piña Hernandez

¿Por dónde me dirijo a la ciudad Esmeralda? Siempre es mejor empezar por el principio. No te perderás si sigues el camino de baldosas amarillas ¡Sigue el camino de baldosas amarillas! Sigue, sigue, sigue ¡Sigue el camino de baldosas amarillas! Síguelo ¡Sigue el camino de baldosas amarillas! Nos vamos a ver al mago, al maravilloso Mago de Oz. Dicen que es el mejor Mago, si es que existe alguno.

Una aventura fantástica al mundo de El mago de Oz

A mucho kilómetros del este de ningún lugar se encuentra el reino de Oz, un magnifico imperio creado en la mente de un hombre: Lyman Frank Baum autor del libro. La han visto millones de personas y es la película más querida que se haya hecho nunca. La historia del cine la vio permanecer generación tras generación pues ya es un clásico para nosotros y para todos los tiempos.

Para 1938 los estudios de la MGM se convirtieron en una pequeña ciudad dirigida por Louis B. Mayer quien pretendía ser el mejor estudio de todo el mundo. Fue una respuesta a Blanca Nieves y los siete enanos (1937) de Walt Disney. Después de pagar 75 mil dólares a L. Frank Baum por los derechos de la película Mayer encargo a Arthur Freed (el compositor que se convertiría en uno de los mayores productores de cine de la historia) contratar a dos compositores Yip Harburg y Harold Arlen, quienes decidieron darle un nuevo giro a la historia: añadieron música y canciones, además, rodaron en la técnica llamada Technicolor la cual requería mucha iluminación, por lo que la temperatura en el set solía superar los 37 grados. El filme fue dirigido por Victor Flemming, Mervin LeRoy, Richard Thorpe y King Vidor.

Antes del rodaje se había considerado a la pequeña actriz Shirley Temple para el papel de Dorothy, pero los productores consideraron que su voz no era suficientemente buena y la descartaron. Se decidieron por la talentosa Judy Garland quien usó una peluca rubia y maquillaje exagerado al inicio del rodaje pero el director George Cukor (quien fue uno de los cinco directores de la película) decidió continuar con la actuación de Garland con una apariencia más natural. Además de utilizar un corsé para dar una imagen más infantil a su personaje de Dorothy pues ella tenía 16 años el cual le ocasionó unos cuantos dolores.

La puesta en escena estuvo llena de problemas pues los efectos especiales de la época eran muy rudimentarios, se usó polvo de aluminio en el maquillaje, del hombre de hojalata al cual era alérgico, y tuvo que ser reemplazado. Al igual que este actor, la actriz Margaret Hamilton quien interpretaba a la Malvada bruja del este sufrió quemaduras graves y se intoxico por el maquillaje de color verde hasta le puedo a ver costado la vida. Se crearon 3 mil 210 disfraces para la película uno de los trajes más pesado fue el del león pesaba casi 45 kilos (hecho con auténtica piel de león.).

Los escenarios también tuvieron problemas pues el camino amarillo parecía verde en las pruebas de pantalla, y para mostrar el famoso rumbo fue necesario usar pintura industrial amarilla para dar el brillo necesario.

La película superó todos estos avatares y fue nominada a seis premios Oscar, pero en el legendario año del cine, plagado de obras maestras: Los violentos años veinte (Walsh, 1939), La diligencia (Ford, 1939), Cumbres borrascosas (Wyler, 1939), Ninotchka (Lubitsch, 1939), tuvo que conformarse con dos: mejor canción (la mítica Over the rainbow) y música; perdió el de Mejor Película contra Lo que el viento se llevó( 1939) de Victor Fleming, George Cukor, Sam Wood.

El mago de oz inaugura también la época dorada del musical de Hollywood. Gracias a la televisión y su primera emisión en 1956 y repetidas emisiones la gente la volvió parte de su vida cotidiana. A principios de los 60´ se comenzó a explotar por todo el mundo desde caricaturas y teatro, convirtiéndose una influencia para todos. Un ejemplo es La guerra de las galaxias(1977) de George Lucas donde la referencia resulta clara en sus secundarios Trepio y chewbacca son las versiones “galácticas” del hombre de hojalata y el espantapájaros respectivamente. E.T., el extraterrestre (1982) de Steven Spielberg es la misma historia pero contada al revés donde un chico de otro mundo viene a la tierra “un lugar fantástico” y trata de volver a casa. Hasta se relaciona con lo feminista con la idea de una mujer fuerte, con valor y que se impone a cualquier adversidad del destino.

La influencia del Mago de Oz es innegable e inabarcable pues además de las ya citadas se puede afirmar que marcó al cine fantástico para siempre, ejemplos actuales de ello son la Alicia en el país de las maravillas (2010) de Tim Burton, la precuela apócrifa Oz el poderoso (2013) de Sam Raimi e incluso en el delirante vaivén de formatos del Gran Hotel Budapest (Anderson, 2014). Es por eso que ésta película entró al programa Memoria del mundo de la UNESCO en el 2007 ese nicho lo comparte con dos obras maestras: Metrópolis (Lang, 1927) y Los olvidados (Buñuel. 1951). Pero sin duda recordamos a Toto que en verdad se llamaba Terry, las zapatillas de rubí. El El New York Times (1939) dijo de El mago de Oz: “Es todo tan bien intencionado, genial y alegre que cualquier crítica negativa debería ser castigada y enviada a la cama sin cenar”. Sin duda se trata de un mito que todos recordaremos siempre…

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