Profesionalización de la Historia en México: experiencias y retos

En el marco del XIX Aniversario de El Colegio de San Luis (COLSAN) se celebró la Mesa Temática “Profesionalización de la Historia en México” coordinada por los doctores Fernando Saúl Alanis Enciso y Sergio Alejandro Cañedo Gamboa investigadores del Programa de Historia de dicha institución.

Profesionalización de la Historia en México: experiencias y retos

Participaron en esta actividad reconocidos académicos como la Dra. Erika Pani Bano, Directora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México; el Dr. Marco Antonio Landavazo, Director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; el Dr. Jesús José Lizama Quijano, Coordinador del Doctorado en Historia, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Unidad Peninsular y el Dr. José Luis Pérez Flores, Coordinador de la Licenciatura en Historia, Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

La mesa inició con una presentación del Dr. Fernando Alanis en la cual expuso un balance sobre los posgrados de Historia en México, posteriormente se procedió al desarrollo de tres bloques, organizados cada uno de ellos alrededor de una batería de preguntas, las cuales fueron contestadas por los participantes; al final de cada bloque se invitaba a los asistentes a participar con comentarios y preguntas. Los bloques fueron: Profesionalización de la historia en México, el segundo se refirió a Experiencias de programas de licenciatura y posgrado y el tercero fue sobre Los retos de los egresados de los programas de licenciatura o posgrado.         

Respecto al primer bloque los comentarios expresados llevaron al menos a tres conclusiones. La profesionalización de la historia en México llegó tarde con relación a lo acontecido en Estados Unidos y Europa, pues en estos últimos ya estaba presente al cerrar el siglo XIX mientras que en México se dieron los primeros pasos hacia finales de la década de 1930. Esta profesionalización se inició en la capital del país y poco a poco fue iniciando un proceso de descentralización, y el mejor ejemplo era la integración de la mesa, pues los participantes provienen de regiones diferentes del país (Michoacán, Yucatán, Ciudad de México y San Luis Potosí). Sin embargo, es necesario seguir contribuyendo a la descentralización pues muchos de los aspirantes a posgrados en historia continúan siendo atraídos por los posgrados impartidos en centros de investigación y universidades en la ciudad de México.

Respecto al segundo bloque, los participantes describieron las experiencias en sus instituciones; resalta el hecho de que el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México es el primer ejemplo de la profesionalización de la historia y que su trayectoria de más de medio siglo le permite mantener niveles de calidad internacional en la formación de sus recursos humanos. Fuera de la ciudad de México el Instituto de Investigaciones Históricas, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, es una muestra de la experiencia descentralizada de la formación y de oportunidad de empleo para los recursos humanos profesionales dedicados a la escritura historia; fundado hace más de treinta años ha contribuido con un gran número de publicaciones especializadas y para público en general.

Los casos de la Licenciatura en historia de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y del Doctorado en Historia del Ciesas son muestras muy recientes de la descentralización en la profesionalización de la disciplina; sus experiencias son recientes, aunque no menos importantes que las de las instituciones con una trayectoria de varias décadas.

El tercer bloque, dedicado a los retos que enfrentan y enfrentarán los egresados de las licenciaturas y posgrados en historia, así como la realidad actual y el posible futuro del mercado laboral, resultó en cierta medida desalentador. Si bien se ha incrementado la calidad y el número de licenciaturas y posgrados, el problema yace en el mercado laboral, pues las oportunidades para el desempeño profesional tanto en la docencia como en la investigación están siendo superadas por el número de egresados ya graduados. Si bien los programas de estancias posdoctorales, de Cátedras Conacyt o plazas Prodem han sido una forma de ocupación, éstas siguen siendo insuficientes. Esta situación en opinión de los participantes ha generado ciertas contradicciones, pues se presentan situaciones en las cuales los posgrados en historia incrementan sus matrículas para cumplir con los estándares y recomendaciones de los Comités Evaluadores del Programa Nacional de Posgrados de Calidad, pero el resultado es que se incrementa el número de egresados que buscan un lugar para desempeñarse profesionalmente. Esto ha obligado a que los historiadores profesionales comiencen a buscar opciones de empleo fuera del ámbito de las universidades públicas y los centros de investigación. En cierta manera el futuro no es del todo promisorio, sin embargo se comentó en la sesión que en la medida en que la inventiva y la creatividad imperen se podrán encontrar formas diversas de empleabilidad.

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