México ha perdido el 61% de sus ecosistemas húmedos

El pasado 2 de febrero se conmemoró el Día Mundial de los Humedales, una importante fecha para que la sociedad de manera conjunta valore estos ecosistemas y promueva las políticas públicas que promuevan su conservación y uso sustentable

La conservación de los humedales a nivel mundial se ha convertido en una prioridad en los últimos años. Esto debido a que dichos ecosistemas forman únicamente el 1.5% de la superfice terrestre, pero a diferencia de otros ecosistemas aporta el 40% de los servicios ecosistémicos a nivel planetario; uno de los principales, es el suministro de agua dulce para nuestra sociedad.

Desafortunadamente desde 1900 hasta la fecha han desaparecido más del 67 y un 71%% de los humedales a nivel global.

La velocidad a la que se están perdiendo los humedales y los beneficios que nos proporcionan hace que se priorizara su conservación, razón por la que la ONU  conformó la Convención de Humedales de Importancia Internacional  (RAMSAR) para buscar la conservación y el uso racional de los humedales desde una escala local hasta lograr la cooperación internacional.

La conservación abarcan todos los lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, tuberas, oasis, estuarios, deltas, manglares y otras zonas costeras, arrecifes coralinos y sitios artificiales como estanques pscícolas, arrozales y salinas.

En entrevista el Dr. Roberto Lindig investigador del Laboratorio de Restauración Ambiental del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM mencionó que “a diferencia de los  ecosistemas terrestres, los humedales están inundados y eso hace que el suelo tenga características muy particulares, la más notable es que no contiene oxígeno. Por ello sus condiciones químicas son muy diferentes a las de cualquier otro suelo y eso hace que los humedales sean muy diferentes a otros ecosistemas y que hagan cosas, que ningún otro ecosistema puede hacer por nosotros, como purificar el agua y evitar inundaciones”.

Todas las grandes civilizaciones a nivel planetario han surgido alrededor de cuerpos de agua y por lo tanto de humedales, Mesopotamia, Egipto y en nuestro continente Tenochtitilán.

 

Sin embargo, la humanidad ha hecho un muy mal uso de estos sistemas, y no los hemos valorado como deberíamos, contrario a ellos, lo que hemos hecho es destruirlos, comentó el investigador.

Fue a partir del siglo XIX que asociamos estos ecosistemas con condiciones insalubres, es decir, comenzamos a verlos como un pantano lleno de mosquitos, por ejemplo, propiciando que sean drenado o desecado, ya que al hacerlo, sus suelos resultan muy fértiles y se han convertido en tierras agrícolas como por ejemplo la Ciénega de Chapala, o en la región de Veracruz y Tabasco, los humedales se han convertido en pastizales para ganado, mencionó el investigador.

Para el caso de los ambientes costeros muchas de las áreas turísticas están cerca o dentro de los propios humedales y en algunos casos eso ha provocado su destrucción como en la rivera maya, que el año pasado tuvo un caso muy difundido por los medios, donde se destruyó un manglar con la intensión de extender las áreas turísticas de la región.  Pero no es sólo el turismo que afecta a los humedales costeros, muchos manglares en el mundo han sido destruidos para hacer granjas de camarón, en Asía y América esto es muy frecuente y en nuestro país sigue ocurriendo.

El Inventario Nacional de Manglares de México, coordinado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), registró que en 2005 existía una superficie total de 770,057 ha de manglar a nivel nacional,  siendo los  estados que cuentan con la mayor superficie de humedales son Campeche  26% , Tabasco 16%,  Chiapas y Veracruz  9%.

El estado de Michoacán cuenta con un total 59,312 hectáreas de humedales y se ha perdido 13,779 ha, es decir que ha perdido el 20%.

(CONACyT)

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