La noche más triste

Cuando creíamos que el fútbol mexicano y la selección habían tocado fondo con la pasada derrota en el estadio Azteca en manos de la selección de Honduras (véase “Aztecazo II”), la noche más triste en la historia de nuestro fútbol hizo su aparición, una noche en la que el fútbol nunca llegó a los pies de los seleccionados aztecas, una noche gris con tintes mediocres. Costa Rica fue el rival y el escenario fue el Estadio olímpico Rommel Fernández, donde 11 sujetos vestidos con la playera nacional mexicana mostraron su poca capacidad, su soberbia, su creencia de que sólo con el nombre iban a ganar el partido y se toparon con un grupo de jugadores “Ticos” que dejaron el alma en la cancha y que peleaban cada balón a muerte, aún a sabiendas de que ellos ya estaban calificados al mundial.


El resultado es obvio, una victoria para Costa Rica, y una de las más grandes vergüenzas para nuestro país, ya que en Panamá se estaba jugando el encuentro entre la selección local en contra de los Estados Unidos y a falta de 7 minutos, el cuadro local logró romper el empate, gestionándose así una de las más grandes hazañas para el fútbol panameño, ya que en ese momento estaban dentro del repechaje para ir a su primera copa del mundo dejando así eliminado al equipo “tricolor” que al mismo tiempo estaba dando lastima en Costa Rica.


La salvación vino a 3 minutos del final cuando la selección estadounidense con una gran jugada logró emparejar el juego, dándole así a la selección mexicana su pase al repechaje, siendo así algo irónico y sobretodo vergonzoso que nuestro gran rival del área fuera el que nos diera el pase al repechaje.


Analizando los hechos, la culpa no es de técnico que esta en este momento, ya que con tan poco tiempo de trabajo poco pudo hacer para salvar un barco que estaba ya más que hundido. La culpa es de los directivos que se tardaron demasiado en cambiar al técnico anterior, en permitir que las televisoras y empresarios manejen a la selección a su antojo, en poner por delante lo económico a lo deportivo.
Pero la culpa más grande es de los principales protagonistas, los jugadores, los cuales pecan de soberbia, y que con el cartel de “El grande de la CONCACAF”, piensan que podrán ganar los partidos, jugadores que sólo vienen a vacacionar con la selección y a priorizar sus contratos comerciales, dejando totalmente de lado la camiseta verde, dejando de lado el orgullo que deberían tener al portarla y sobretodo pisoteando los sentimientos de millones de mexicanos que estamos siempre apoyando e idolatrándolos. Simplemente si México califica al mundial será de una manera mediocre no hay más.

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