Política en Tacones: Dibujos con Sangre

Por Ángel Omar Barbosa

Nadie imaginó iniciar la primera semana del año con una agresión a la imprenta. Los ojos de México apuntando a los juguetes y la rosca de reyes, mientras que los de Francia no parpadeaban al darse a conocer que el semanario Charlie Hebdo había sido víctima de un ataque terrorista. Justo cuando el 2014 se proclamaba como el segundo año más violento para periodistas en una década su predecesor iniciaba con el pie izquierdo en este mismo tema.

El pasado 7 de enero, Francia nos robó la atención luego de que el semanario de caricatura satírica Chalie Hebdo fue víctima de un atentado terrorista donde 12 personas perdieron la vida, entre ellos el editor de la publicación Stéphane Charbonnier, mejor conocido como Charb.

De acuerdo a testigos y vídeos difundidos en la red, tres sujetos armados identificados como yihadistas con ‘cuernos de chivo’ y encapuchados ingresaron al recinto del semanario, amenazaron a un empleado de la entrada para indicarle el paradero de las víctimas a quienes las identificaban solo por su nombre apuntado en un papel. Su móvil: ‘vengar las caricaturas satíricas del profeta Mahoma publicadas en la revista. Después de que el empleado los llevase a la sala de reuniones abrieron fuego asesinando a 10 personas, entre los nombres más destacados se encuentran Stéphane Charbonnier, mejor conocido como Charb, editor de la revista, los caricaturistas Cabu, Tingnous, Wolinski y el accionista del semanario Bernard Maris. Después de abandonar el lugar, los atacantes lograron burlar y asesinar a dos policías quienes intentaron detenerlos sin éxito. Durante su huida testigos aseguran haber escuchado el grito de los atacantes: “Hemos vengado a Mahoma”
La búsqueda de los agresores llevó dos días y 3 mil efectivos. Con la entrega voluntaria de uno de ellos y la identificación ‘neutralización’ de los hermanos Said y Cherif Kouachi lograron terminar con el trío más buscado de Francia. Todo ello mantuvo cautivo al mundo, compatriotas de casi todo el mundo dio muestras de apoyo y reconocimiento a las víctimas del semanario. En países como España, Alemania, Italia, Portugal, EE.UU. y México los franceses radicados en estos países salieron a las calles para demostrar la conmoción del ataque. El presidente Francois Hollande se refirió a los mártires como héroes. “La República se ha visto atacada hoy. Nuestra arma es la unidad”, dijo.
La agresión es condenable, irrita a quienes no entendemos cómo una religión puede justificar un derramamiento de sangre como este, pero en qué grado los periodistas, columnistas, editorialistas, reporteros e integrantes del gremio periodístico estamos capacitados para abordar un tema sin lastimar susceptibilidades. ¿Cómo se rompe esa línea tan delgada y por qué? Los eventos ya no tienen vuelta de hoja, pero cómo evitar que vuelva a suceder. ¿La autocensura será la mejor opción o es mejor aplicar la tan popular frase mexicana adoptada para eventos similares como este ‘Si ya saben cómo son para qué los provocan’? Una cosa es clara, mientras la revista continúe bajo su línea de acción satírica tendrá enemigos poderosos que no se conformarán con solo 12 víctimas. El nuevo editor de la revista, Gérard Biard, aseguró no tener miedo pese a las amenazas y aclaró: “Todos somos Charlie”.
El medio impreso manchado por la sensibilidad de unos pocos con armas, el periodismo conmocionado por el ataque y el mundo fiel al espectáculo y el morbo, listo para consumir una nueva noticia como esta y así sentirse parte de un todo…
Y no falta por hay uno que manda una cartita a una dependencia gubernamental pidiendo que se omita su imagen en un spot político porque se siente ofendido, ironías de la vida.

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