Política en Tacones – Selección Nacional; Decisión Particular
Por: Ángel Omar Barbosa
El mundial ya está aquí. Después de cuatro años de espera muchos mexicanos y gran parte de los países que participarán en la justa deportiva estarán pendientes de los resultados de su selección. Las apuestas correrán como leones tras la cebra, el alcohol reinará en los aparatos digestivos de millones, los gritos se dirigirán principalmente a la cancha y los árbitros serán las musas de los insultos. Las banderas ondearán en millones de hogares en señal de apoyo a su equipo, pero más interesante aún, los ojos y oídos millones serán secuestrados por un evento deportivo que solo dura un mes, y en un mes pueden tomarse muchas decisiones importantes para el futuro de toda una nación.
México se ha encargado de publicitar a manos llenas el mundial y la participación del seleccionado mexicano, sus comerciales, spots y menciones de la selección mexicana de fútbol se muestran a granel en todos los medios de comunicación. Sin embargo, su desempeño en copas mundiales no demuestra lo que el marketing ha presumido en sus líneas y mensajes. Al parecer en México no tenemos memoria, siempre se ha dicho. Lo curioso es que esta máxima se aplica a casi todo lo que le ‘ponemos’ pasión a nivel nacional.
Cuando se apoya a un político en vías de ganar las elecciones de lo que sea, parte del vulgo defiende al candidato y lo apoya a capa y espada, algunos no con tanto fervor pero sí depositan su confianza y esperanza en él o ella. Una vez que consigue la victoria frente a sus adversarios olvida las promesas de campaña y se concentra en su beneficio particular, y todos aquellos que estuvieron a su lado, muchos de ellos ‘por unas cuantas monedas’ se dan cuenta que su apoyo incondicional no sirvió de nada. El asunto es que tres años después comenten el mismo acto de fervor y pasión por alguien que hará exactamente lo mismo.
¿Cuál es la diferencia con la selección nacional? Realmente ninguna. La selección nacional mexicana busca coronarse con la copa mundial de FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), objetivo que comparten los demás seleccionados del mundo. Por desgracia, el nivel de juego no está a la altura de los competidores centroamericanos o europeos. Incluso se ha visto rebasado por la selección nacional norteamericana, a la que se calificaba como ‘cliente’ del Tricolor. El apoyo en hogares mexicanos es fácilmente comparable con las campañas políticas.
¿Puede haber corrupción para que México pierda? Sería difícil creerlo. En este país el fútbol es muy seguido. Yo diría que al contrario. Si hay mano negra en el fútbol debería beneficiar al Tricolor. Al gobierno le conviene mantenernos pasivos, concentrados en el mundial para que ellos hagan lo que sea al país a placer. ¿Pero y si los mexicanos demostramos ser más inteligentes? ¿Si realmente concentramos nuestra atención en un partido y nuestro interés en una nación?
Claro que podemos disfrutar un mundial, es justo mirar los partidos de tu selección nacional. No es ningún pecado apoyar a tu selección. Pero seamos inteligentes para entender que un partido solo dura 90 minutos y que tenemos el resto del día para mejorar como seres humanos, como aztecas orgullosos y como nación. Gritemos con pasión un gol del Chicharito y de Peralta, pero una vez que la réferi pite el final del encuentro la vida sigue allá afuera y las decisiones que nos toca tomar no las tomará el Piojo Herrera. Además, no se descarta la posibilidad de que la selección me calle. Tal vez en este mundial México sí llegue al quinto partido, tal vez México se concentre en el mundial solo 90 minutos, tal vez México no alimentará a marcas de “clase mundial”, y a su vez espero que México se concentre en el senado más que en Río de Janeiro.